ATENAS.- Un año después del
referéndum convocado por el Gobierno griego sobre las medidas de
austeridad en el que triunfó claramente el "no", el Ejecutivo vive una
luna de miel con los acreedores, tras aceptar las condiciones del tercer
rescate, pero son numerosas las críticas entre la población helena.
El 5 de julio de 2015, en pleno pulso con los acreedores de Grecia,
el Gobierno de Alexis Tsipras planteó un referéndum en el que preguntó
si se debía aceptar la última propuesta de recortes de la troika, ante
lo que la ciudadanía respondió con un rotundo "no", opción que ganó con
un 61,31 % de los votos.
Al día siguiente los acontecimientos se precipitaron con el cese del ministro de Finanzas, Yanis Varufakis.
Su relevo fue Euclides Tsakalotos, que terminó por firmar, apenas un
mes después, las condiciones del tercer rescate, que tendrá una duración
de tres años y por el que Grecia recibirá 86.000 millones de euros.
"Voté en el referéndum para ayudar al Gobierno a obtener un mejor
acuerdo, pero al día siguiente el "no" se volvió "sí", se lamenta Manos, autónomo de 55 años, "no sé si se obtuvo algo mejor, no sé si era
necesario, lo único que se consiguió fue castrar al pueblo".
"Participé en el referéndum porque se presentaba una cuestión
fundamental y había que afrontarla, aunque el resultado no se respetó",
aseguró Eliana, periodista de 28 años, "si hoy tuviera que votar, me
abstendría".
María, ingeniera de 48 años que trabaja en un café, se consuela
pensando que "por suerte", no se "aplicó" el resultado del referéndum
aunque lamentó "todo lo que ocurrió, estos largos meses de negociación,
este caos, (que) fueron una grave marcha atrás. Era una negociación que
no era necesaria y el referendo un error".
Aunque no faltan los que como Stéfanos, también ingeniero de 55 años,
y que voto "no" para "ayudar al Gobierno en la negociación", que cree
que "se hizo mucho esfuerzo" y aunque no sabe "si el resultado fue el
esperado" duda "de que se haya podido hacer algo mejor", así que si
volviera a votar "lo haría de la misma forma".
Para recibir el primer tramo del tercer rescate, unos 10.300 millones
de euros, Grecia tuvo que aprobar una profunda reforma de las pensiones
y subir los impuestos directos e indirectos, para economizar 5.400
millones anuales que la lleven a conseguir un superávit primario en 2018
del 3,5 % del producto interior bruto.
De esos 10.300 millones de euros Grecia recibió ya 7.500 y espera que
los acreedores le abonen otros 2.800 más después del verano.
"No participé en el referéndum", dijo Pavlos, tendero de 60
años, "creo que todo estaba decidido de antemano", y aseguró que la
gente "está desesperada".
Por parte del Gobierno no se produjo hoy ni una sola declaración o
reacción al respecto de este primer aniversario de la consulta, que
coincide con el viaje de Alexis Tsipras y una buena parte de su Gobierno
a China para estrechar lazo económicos con aquel país.
Sí se pronunció el partido izquierdista del que es líder, Syriza, que
asegura que hace un año "el pueblo griego se puso en pie y dijo 'no' a
ultimátums y chantajes, 'no' a la política de austeridad, 'no' a la
propaganda de los medios de comunicación y la campaña de terror desatada
nacional e internacionalmente".
También Yanis Varufakis, uno de los grandes valedores del "no"
aseguró a través de su página web que el referéndum fue un acto
"fundacional" de su movimiento político DiEM25 y conmemoró ese rechazo
como "un majestuoso y gran 'sí' a una Europa democrática".
Desde el socialdemócrata Pasok, uno de los partidos que más pagó
electoralmente su apoyo a los anteriores rescates, el exlíder Evánguelos
Venizelos afirmó, en una entrevista a una radio privada, que "nunca
hubo un Gobierno con una actitud tan sumisa, ahora es sí a todo, sí a
todo".
Por su parte una de las escisiones de Syriza, creada tras la firma
del tercer rescate, Unidad Popular (UP), reivindicó como propio el
mensaje del referéndum de hace un año e hizo un llamamiento a
manifestarse a las siete de la tarde hora local (16.00 GMT) frente al
Parlamento.
Dimitris Stratulis, dirigente de esta formación extraparlamentaria y
exministro en el gabinete de Tsipras, aseguró que "el 'no' está todavía
vivo en la conciencia de las personas y de los jóvenes".
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