martes, 5 de julio de 2016

Los sueños españoles truncados por el Brexit / Carlos Díaz-Güell *

La marcha del Reino Unido de la Unión Europea está provocando modificaciones en comportamientos y políticas de gobiernos y empresas y entre estas últimas se encuentran las sociedades españolas con fuertes intereses en la Gran Bretaña como pueden ser los bancos Santander y Sabadell, Iberdrola, Telefónica o Ferrovial, todas ellas con elevadas ratios de beneficios y facturación en las Islas, algunas de las cuales albergaba serios planes sobre su futuro que pasaban por Inglaterra o por Escocia.

Con el triunfo del Brexit, mu­chos de estos pla­nes, el más tras­cen­dental de los cuales era tras­ladar su sede cen­tral y por lo tanto su na­cio­na­lidad a los do­mi­nios de la mo­nar­quía in­glesa, han pa­sado a formar parte, quizá de­fi­ni­ti­va­mente, de la his­toria por mucho que este ob­je­tivo pu­diera tener todo el sen­tido del mundo.

Las ra­zones sobre el in­terés de al­guna de estas com­pañías por tras­ladar su sede al Reino Unido no solo te­nían que ver con el por­cen­taje de ne­gocio o de re­cursos que di­chas so­cie­dades tienen allí, sino con fac­tores tanto o más pro­fundos como puede ser el mal­trato que las em­presas es­pañolas re­ciben de las agen­cias de ra­ting, di­fí­cil­mente permea­bles a otorgar a las em­presas es­pañolas una ca­li­fi­ca­ción su­pe­rior a la del Reino de España por mucho que se es­grima o ar­gu­mente que la base de sus ne­go­cios se en­cuentra en otros paí­ses.

Tras el Brexit, las prin­ci­pales agen­cias de ra­ting han so­me­tido a re­vi­sión al Reino Unido y le han ba­jado un es­calón hasta el AA con pers­pec­tiva es­ta­ble. Pese a la re­baja, el ra­ting de Gran Bretaña está dos es­ca­lones por en­cima del de España con las re­per­cu­siones que todo ello tiene en el coste de la fi­nan­cia­ción de estas em­pre­sas.

La banca ale­mana e ita­liana 
avo­cada a re­es­truc­tu­rar­se
Era y sigue siendo un se­creto a voces y una exi­gencia anun­ciada, aunque no se en­con­traba el mo­mento de abordar la com­pleja si­tua­ción de buena parte del sis­tema fi­nan­ciero ita­liano y ale­mán, aunque las con­di­ciones de unos y otros no son com­pa­ra­bles y mien­tras las en­ti­dades tras­al­pinas están al borde del co­lapso, las ale­ma­nas, es­pe­cial­mente las ca­jas, sim­ple­mente co­rren riesgos a fu­turo como con­se­cuencia del de­te­rioro del margen de in­tere­ses, algo que no re­sulta ex­traño a buena parte del sis­tema fi­nan­ciero eu­ro­peo.

Tanto es así en el caso alemán que el mismo FMI ha de­ci­dido re­co­mendar pú­bli­ca­mente a sus en­ti­dades que se adapten al nuevo en­torno y me­joren la ges­tión de ries­gos, aunque re­co­noce que los bancos ale­manes están bien ca­pi­ta­li­zados y tienen una gran ca­pa­cidad de re­sis­ten­cia. El re­cado del Fondo iba fo­ca­li­zado fun­da­men­tal­mente a las cajas y coope­ra­tivas de cré­dito cuyo ne­gocio se centra en el mer­cado mi­no­rista y sobre las que recae la ame­naza de una caída del be­ne­ficio del en­torno del 25 por ciento en los pró­ximos dos años de con­ti­nuar el de­te­rioro de már­ge­nes.

Lo de los bancos ita­lianos es sim­ple­mente el de una si­tua­ción de quiebra en­cu­bierta cuya so­lu­ción por parte del go­bierno de Italia, vía re­ca­pi­ta­li­za­ción pú­blica, se topa con las li­mi­ta­ciones que im­pone la Comisión Europa.

Con ac­tivos tó­xicos cer­canos a los 400.000 mi­llones de euros y con la ren­ta­bi­lidad más baja de la UE, los bancos ita­lianos es­peran como agua de mayo que el go­bierno ita­liano les in­yecte ca­pital por 40.000 mi­llones sin que ello su­ponga que pueda ser con­si­de­rado como ayuda de Estado, algo que puede con­se­guirse en un fu­turo in­me­diato si la su­puesta ines­ta­bi­lidad fi­nan­ciera pro­du­cida por el Brexit per­mite, tras largas ne­go­cia­ciones entre Roma y Bruselas, una ren­dija por la que puedan co­larse las ayudas pú­blicas sin ne­ce­sidad de ma­yores con­si­de­ra­cio­nes.


(*) Periodista y editor de Tendencias del Dinero


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