martes, 12 de julio de 2016

Pronósticos negativos para el sector energético por el Brexit

LONDRES.- Los análisis de las consecuencias del Brexit son muy diversos a partir de la caída de la libra y de las bolsas, en particular para el futuro del sector económico y energético del Reino Unido y el mundo. 

En el tema energético el abandono de la Unión Europea (UE) por parte de Londres podría provocar grandes cambios en la estrategia sectorial del bloque, lo que en opinión de los expertos debilitaría su política climática y la eliminación de un aliado para la energía europea.

Muchos resaltan el papel del Reino Unido de mediador entre países como Francia y Alemania, pero su salida podría darle mucha más libertad para dedicarse a proyectos nucleares sin la interferencia de Bruselas, afirman otros.

También están los que ven beneficios sobre la base de que suele mantener una postura atípica dentro del bloque abogando por la energía nuclear y el shale gas, ampliamente rechazado en la Europa continental.

Ambas partes tienen mucho que perder, según la mayoría de los estudios, ya que a pesar de las particularidades los británicos tienden a ser un puente comercial con muchos países que benefician a la Unión Europea.

El Fondo Monetario Internacional afirmaba en sus Perspectivas Económicas Globales que el Brexit podría causar "graves daños regionales y globales" al alterar las relaciones comerciales.

Dentro de ese entramado la UE facilita y financia numerosos proyectos comunitarios que conectan a Reino Unido con el continente, como el Proyecto de Interés Común de la Comisión Europea, de los cuales 17 de 195 son planes para ampliar las infraestructuras británicas.

Cuanto mayor sea el aislamiento, físico y diplomático, menos influencia tendrá en la política energética europea y su marco regulatorio, que se torna cada vez más independiente.

Según estudios del Real Instituto Elcano, el Brexit podría socavar además las políticas climáticas a largo plazo en Bruselas y Londres, pues Europa también necesita un mercado energético eficiente e integrado para garantizar el suministro de energía y bajar las emisiones, a la vez que garantiza su competitividad para que sus ciudadanos puedan tener éxito en el mercado laboral.

Para ese centro de investigaciones internacionales y estratégicas que analiza el mundo desde una perspectiva europea y global, los pronósticos podrían cambiar la fijación de precios del gas europeo.

Junto a los contratos vinculados a los mercados del crudo, el centro de comercio de gas natural británico, NBP, ha sido la forma más importante de fijación de precios y entrega de mercancía en Europa desde que comenzó hace unos 20 años.

Pero el hundimiento de la libra después de aprobado el Brexit haría que el gas en el Reino Unido fuese más barato y temporalmente aumentar la demanda y los precios, según una encuesta entre 10 operadores europeos de gas y analistas realizada por Bloomberg.

Tal situación provocaría que los inversores comercialicen en euros, a través de la TTF holandesa, fundada en 2002 y que desafió al NBP en términos de volumen durante el año pasado.

También el informe Los impactos del Brexit en política energética y climática de Chatham House, una de las organizaciones más importantes del mundo en materia política con sede en Londres, plantea que el mercado energético británico está profundamente integrado con el de la Europa continental.

Ello se explica por una importante dependencia de la importación de los combustibles fósiles y del suministro de energía eléctrica, agravado durante la última década, ya que esa subordinación aumentó más como consecuencia del agotamiento de sus reservas de petróleo y gas en el Mar del Norte y del cese total de la explotación minera de carbón nacional.

Reino Unido importa el 45 por ciento de su energía, su mayor proveedor es Noruega con más del 30 por ciento, seguido por Rusia (12) y Estados Unidos (siete). Por eso, para Chatham House, no sería deseable que se "desenchufara" de las redes energéticas europeas.

Para la University College of London ya no es solo por la dependencia de los combustibles, ya que la política energética de la UE se dirige a una mayor unificación de los mercados nacionales.

Supone, entre otros aspectos, mayor interconexión e interdependencia de las infraestructuras de energía de todo el continente y una mayor colaboración para garantizar el acceso a los recursos energéticos

Además de promoverse la acción colectiva en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, un programa profundo y rápido de descarbonización y el desarrollo de nuevas herramientas de política energética comunes.

En fin, las opciones que hay para una vida post-Brexit son muy complejas en política energética y climática, como el grado de acceso a los mercados de gas y electricidad de Europa, la pérdida de capacidad de Londres de influir en la toma de decisiones sobre las políticas de energía del bloque o la facilidad con la que un acuerdo podría ser negociado con otros estados e instituciones europeas.

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