viernes, 8 de julio de 2016

Bruselas comete un grave error con España y pone en peligro la recuperación / José Hervás *

La decisión de la Comisión Europea de abrir el procedimiento de sanción a España y Portugal por no haber tomado medidas eficaces para corregir el déficit público es un nuevo error de Bruselas. De acabar en una multa sustancial, como prevén las reformas aprobadas en el Pacto de Estabilidad consecuencia de la crisis del 2007, se pondría en riesgo la recuperación económica y podría agravar la situación política en nuestro país.

En el ám­bito eco­nó­mico, la multa, su­mada a la exi­gencia de apli­ca­ción de nuevas me­didas para con­tener el dé­ficit pú­blico, es una pro­puesta de volver a las po­lí­ticas de aus­te­ridad que lle­varon a España a los peores mo­mentos de la crisis y será di­fícil que las acepten tanto el PSOE como Ciudadanos a la hora de apoyar a un go­bierno de Rajoy.

Tan duras fueron las me­didas que el to­davía mi­nistro de Exteriores y siempre can­di­dato a ha­cerse con la car­tera de Economía, José Manuel García Margallo las cri­ticó abier­ta­mente. Con el des­par­pajo que le ca­rac­te­riza dijo ante las cá­maras de Antena 3 que: “nadie puede gastar in­de­fi­ni­da­mente más de lo que in­gresa, pero nos hemos pa­sado cuatro pue­blos en el tema de la aus­te­ri­dad. Austeridad sí, pero no ma­tando la ga­llina de los huevos de oro”.

Aproximadamente un mes des­pués, tras aprobar el Reino Unido en re­fe­rendo su aban­dono de la Unión Europea, sus co­le­gas, los mi­nis­tros de Exteriores de Francia y Alemania, Jean-Marc Ayrault y Frank-Walter Steinmeier, ha­cían una de­cla­ra­ción con­junta en la que de­fen­dían acabar con la im­po­si­ción de ajustes uni­la­te­rales a los países miem­bros de la Unión por ser po­lí­ti­ca­mente pe­li­gro­sos.

Poco pa­recen haber du­rado los pro­pó­sitos de los res­pon­sa­bles de ex­te­riores de París y Berlín y eso que ha sido a partir de que el go­bierno es­pañol cam­biara su po­lí­tica de aus­te­ridad cuando se han em­pe­zado a ver los efectos de un mayor cre­ci­miento eco­nó­mico y una me­jora en la re­duc­ción del paro. España ha pa­sado a ser el país que más crece de los grandes de la Unión Europea y el que más em­pleo ge­nera, pese a que to­davía es uno de los países con más tasa de paro.

Pero además de los pro­blemas eco­nó­mi­cos, un drás­tico re­corte del pre­su­puesto in­cre­men­tará los pro­blemas con las Comunidades Autónomas a las que los planes del mi­nistro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para poder cum­plir con las exi­gen­cias de Bruselas, les ha obli­gado a aban­donar al­gunas po­lí­ticas so­ciales que nos han lle­vado a la si­tua­ción de’ im­passe’ en la que nos en­con­tra­mos.

Josep Borrell, uno de los mi­nis­tros en la sombra de Pedro Sánchez, ha fi­jado las con­di­ciones del PSOE para poder fa­ci­litar la in­ves­ti­dura de Mariano Rajoy y, entre ellas, des­taca acabar con la po­lí­tica de aus­te­ridad y la re­forma la­bo­ral. Si Rajoy no pu­diera ni si­quiera ne­go­ciar con Sánchez al­gunos de los as­pectos de esa po­lí­tica de aus­te­ridad no ve­ríamos de nuevo obli­gados a unas ter­ceras elec­cio­nes.

Además, si hu­biera que ir a ellas, con la aper­tura del pro­ce­di­miento de in­frac­ción por ex­ceso de dé­fi­cit, se es­taría dando la opor­tu­nidad de nuevo a los po­pu­listas y a aque­llos que de­fienden el aban­dono de las ins­ti­tu­ciones co­mu­ni­ta­rias.

Lo han de­fen­dido porque con­si­deran que en Europa no se puede hacer nada más que obe­decer la po­lí­tica pro­ce­dente de Bruselas cuyo eje cen­tral es la aus­te­ridad que im­pone el su­per­mi­nistro de Hacienda ale­mán, Wolfgang Schauble.

Y pre­ci­sa­mente esa Europa es la que ha con­tri­buido al aban­dono de los bri­tá­nicos del es­pí­ritu co­mu­ni­ta­rio. Sus exi­gen­cias pueden pro­vocar un re­chazo en países como España que ha visto des­cender drás­ti­ca­mente su apoyo a los ideales de la Europa Unida.

Aunque la Comisión ha an­ti­ci­pado que, aunque haya multa esta no se apli­cará, harán falta mu­chas horas de ex­pli­ca­ción a los mi­llones de es­pañoles en paro para que puedan com­prender que Europa, con Wolfgang Schauble a la ca­beza, les pida más sa­cri­fi­cios to­da­vía.


(*) Periodista

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