ESTRASBURGO.- La Comisión Europea ha decidido
este martes presentar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y
Canadá (CETA) como un pacto "mixto", lo que en la práctica implica que
no es de competencia exclusiva de la UE y deberá ser sometido al
pronunciamiento de los parlamentos nacionales.
Así lo ha anunciado en una rueda de prensa en Estrasburgo
(Francia) la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, quien ha querido
subrayar que se trata de una decisión política motivada por las
"divisiones" entre los Estados miembros y no de una necesidad legal.
Malmström ha insistido en que los líderes europeos dieron su
respaldo "unánime" a las disposiciones del acuerdo y ha recalcado que,
por ser un acuerdo que afecta a áreas de competencia comunitaria, sólo
debería ser validado por el Consejo y el Parlamento Europeo y no por las
cámaras nacionales.
También ha recordado que el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea (TUE) debe pronunciarse aún sobre la modalidad de un pacto
comercial de disposiciones similares cerrado con Singapur, lo que, según
la comisaria, podría llevar a cambiar la situación del CETA.
"Corresponde al TUE aclarar cuál es la competencia en este
tipo de acuerdos comerciales. Desde un punto de vista estrictamente
legal, la Comisión considera que este acuerdo recae exclusivamente bajo
competencia de la UE", ha argumentado la comisaria, tras la reunión del
Colegio de Comisarios.
En cualquier caso, Malsmtröm ha señalado que el Ejecutivo
comunitario es partidario de que el acuerdo con Canadá se aplique de
manera "provisional", sin esperar a que se complete su ratificación en
los parlamentos nacionales. "Cualquier otra opción retrasaría su
aplicación", ha avisado.
Para ello, Bruselas espera que el acuerdo comercial y
económico sea firmado por las partes en la próxima cumbre Unión
Europea-Canadá prevista para el mes de octubre, después de que la
Eurocámara y los Veintiocho hayan dado luz verde. "Este es un acuerdo
que la Unión Europea necesita", ha dicho Malsmtröm.
Desde Izquierda Unida, la eurodiputada Paloma López ha
criticado que se quiera poner aplicar el convenio de manera
"provisional", porque marca un precedente que podría extrapolarse al
acuerdo transatlántico que el bloque negocia con Estados Unidos.
"(Supone) ignorar las resistencias democráticas para
beneficiar a las multinacionales", ha opinado López a través de las
redes sociales.
Tampoco ha gustado la decisión de Bruselas a la organización
ecologista Greenpeace, cuyo director en la UE, Jorgo Riss, quien ha
lamentado que el CETA ofrezca una herramienta para esquivar los
tribunales nacionales a través del nuevo sistema de resolución de
conflictos que incluye.
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