jueves, 21 de julio de 2016

Nubes de tormenta se acercan al BCE, que de momento se contendrá

FRÁNCFORT.- Los problemas bancarios de Italia, la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea y la escasez de bonos que cumplan los requisitos para ser incluidos en su programa de compras de deuda requieren algún tipo de respuesta, acabando con las esperanzas del presidente del BCE, Mario Draghi, de que el banco hubiera terminado con los años de implementación de medidas extraordinarias de estímulos.

Probablemente Draghi maniobre con acciones verbales, subrayando los mayores riesgos y abriendo la puerta a cambios en septiembre como muy pronto, cuando el banco publique sus previsiones económicas.
El truco será sonar lo suficientemente favorable a los estímulos señalando su voluntad de actuar pero sin comprometerse.
El BCE está comprando 1,74 billones de euros en activos para recortar costes de endeudamiento, inducir al gasto, impulsar el crecimiento y finalmente la inflación, que lleva atascada ligeramente arriba o debajo de cero en los últimos dos años.
El brexit puede ser el mayor problema en sí mismo, amenazando con hacer descarrilar la modesta inversión y la recuperación impulsada por el consumo. Pero el BCE simplemente no tiene suficiente información para actuar.
Los datos adelantados, como el indicador de confianza alemán ZEW y las cifras de confianza del consumidor de la zona euro, sugieren una caída significativa en la confianza. Pero ese tipo de sondeos son propensos a cambios drásticos y el BCE necesitaría más evidencias para actuar.
De hecho, aunque los analistas encuestados recortaron sus previsiones de crecimiento de la zona euro al 1,3 por ciento desde el 1,6 por crecimiento, mantuvieron sus proyecciones de inflación sin cambios en el 1,3 por ciento. Esto supone una lectura mixta para el BCE que aspira a un objetivo de inflación cerca pero inferior al 2 por ciento.
Se prevé que Draghi argumente que el brexit es un problema político, que requiere que sean los gobiernos, no el banco central, los que actúen, un llamamiento que posiblemente caerá en saco roto, como su muy repetido mantra a favor de reformas estructurales para impulsar el crecimiento.

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