FRÁNCFORT.- Los problemas bancarios de
Italia, la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea y la
escasez de bonos que cumplan los requisitos para ser incluidos en su
programa de compras de deuda requieren algún tipo de respuesta, acabando
con las esperanzas del presidente del BCE, Mario Draghi, de que el
banco hubiera terminado con los años de implementación de medidas
extraordinarias de estímulos.
Probablemente Draghi maniobre con acciones verbales,
subrayando los mayores riesgos y abriendo la puerta a cambios en
septiembre como muy pronto, cuando el banco publique sus previsiones
económicas.
El truco será sonar lo suficientemente favorable a los estímulos señalando su voluntad de actuar pero sin comprometerse.
El BCE está comprando 1,74
billones de euros en activos para recortar costes de endeudamiento,
inducir al gasto, impulsar el crecimiento y finalmente la inflación, que
lleva atascada ligeramente arriba o debajo de cero en los últimos dos
años.
El brexit puede ser el mayor problema en sí mismo,
amenazando con hacer descarrilar la modesta inversión y la recuperación
impulsada por el consumo. Pero el BCE simplemente no tiene suficiente
información para actuar.
Los datos adelantados, como el indicador de confianza
alemán ZEW y las cifras de confianza del consumidor de la zona euro,
sugieren una caída significativa en la confianza. Pero ese tipo de
sondeos son propensos a cambios drásticos y el BCE necesitaría más
evidencias para actuar.
De hecho, aunque los analistas encuestados
recortaron sus previsiones de crecimiento de la zona euro al 1,3 por
ciento desde el 1,6 por crecimiento, mantuvieron sus proyecciones de
inflación sin cambios en el 1,3 por ciento. Esto supone una lectura
mixta para el BCE que aspira a un objetivo de inflación cerca pero
inferior al 2 por ciento.
Se prevé que Draghi argumente que el brexit es un
problema político, que requiere que sean los gobiernos, no el banco
central, los que actúen, un llamamiento que posiblemente caerá en saco
roto, como su muy repetido mantra a favor de reformas estructurales para
impulsar el crecimiento.
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