TOKIO.- El paquete de
estímulo que prepara el Gobierno japonés a raíz de la contundente
victoria del partido del primer ministro, Shinzo Abe, en las elecciones
al Senado entusiasmó hoy a los inversores de la Bolsa de Tokio, que
cosechó su mayor subida en tres meses.
El resultado de los comicios celebrados en la víspera se interpretó
como un espaldarazo para el llamado "Abenomics", el programa de reforma
económica abanderado por el jefe de Gobierno nipón, que apuesta por el
estímulo monetario a gran escala y un contundente gasto público.
Aunque la desaceleración china, la caída de los precios del petróleo o
el encarecimiento del yen -que perjudica el músculo exportador nipón-
han difuminado los efectos que hasta ahora había tenido "Abenomics", los
japoneses parece que quieren seguir apostando por la contundencia de
esta vía.
Con una inflación prácticamente nula y un consumo -principal motor de
la tercera economía mundial- que no acaba de tomar impulso, la plaza
tokiota ansiaba un movimiento flexibilizador adicional por parte del
Banco de Japón (BoJ) al igual que un paquete de estímulo fiscal,
especialmente después del "brexit".
Aunque la victoria del Partido Liberal Demócrata (PLD) de Abe se daba
por hecha, la contundencia del resultado (que cimenta el dominio de la
coalición gobernante) llenó hoy de entusiasmo a primera hora la Bolsa de
Tokio.
Después, la intervención de Abe en rueda de prensa disipó las dudas
sobre la apuesta por el estímulo que el primer ministro ya había
sugerido durante la pasada cumbre del G7 y esto contribuyó a acelerar la
subida del selectivo Nikkei, que acabó un 3,98 por ciento al alza.
"Mi Gobierno ha recibido el mandato de acelerar 'Abenomics'. Creemos
que la gente nos ha pedido que dinamicemos la economía e implementemos
nuevas medidas para ello", afirmó el mandatario nipón tras explicar que
su Gabinete compilara una batería de medidas de estímulo que se
presentarán ante el Parlamento en agosto.
La Administración Abe tendría como objetivo establecer un paquete,
que incluye préstamos al sector privado, por valor de más de 10 billones
de yenes (89.120 millones de euros/98.450 millones de dólares), según
adelantó una fuente gubernamental al diario Nikkei.
Entre las medidas que se barajan está un plan de infraestructuras
diseñado para potenciar la exportación de productos agrícolas y para
atraer a más turistas en un momento en el que Japón quiere duplicar para
2020 el número de extranjeros que visitan el país hasta los 40 millones
anuales.
También se contemplan medidas para atajar problemas cada vez más
acuciantes para la tercera economía mundial: el envejecimiento de la
población y la baja natalidad.
En este sentido, se promovería la expansión del número de guarderías y
se mejorarían sustancialmente las condiciones de los profesionales que
trabajan en el cuidado de niños y en el de mayores dependientes.
Algunos analistas han dudado sobre la idoneidad de activar este
estímulo puesto que Japón, el país más endeudado del mundo desarrollado,
apenas había empezado a sanear su fiscalidad en los últimos años.
De hecho, para financiar este presupuesto extraordinario el Gabinete
estudiará realizar la primera emisión extraordinaria de deuda en cuatro
años.
A la plaza financiera nipona, en cambio, el anuncio le ha parecido un
paso enérgico que puede contribuir a que Japón salga del estancamiento
económico y de un ciclo deflacionario de casi dos décadas.
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