BERLÍN.- Conservadores y
socialdemócratas alemanes, aliados en la gran coalición de gobierno que
lidera Angela Merkel, rechazan la posibilidad de rescatar con fondos
públicos los bancos italianos con problemas y exigen respetar las reglas
aprobadas por los socios europeos.
"Las reglas para la liquidación ordenada y la reestructuración de los
bancos en crisis deben ser también respetadas por el Gobierno
italiano", subraya en declaraciones al grupo de medios
Redaktionsnetzwerk Deutschland el portavoz parlamentario de Economía de
la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, Joachim Pfeiffer.
Rechaza así que Roma pueda realizar una inyección de fondos públicos
en los bancos sin aplicar quitas a los inversores, vulnerando la
normativa diseñada precisamente para evitar que los contribuyentes
tengan que rescatar o financiar la reestructuración de las entidades en
quiebra.
Tras reprochar al Ejecutivo de Matteo Renzi que no se actuara tras
los malos resultados de las entidades financieras italianas en los test
de solvencia de 2014, el portavoz conservador advierte de que una
ruptura de las reglas sería "inaceptable".
En la misma línea se manifiesta su vicepresidente del grupo
socialdemócrata, Carsten Schneider, al avisar de que la credibilidad de
las reglas aprobadas para proteger a todos los contribuyentes europeos
no puede ponerse en cuestión en la primera ocasión.
Sus opiniones son también respaldadas por el presidente del Consejo
Asesor de Economistas del Gobierno alemán, los llamados "cinco sabios",
el profesor Christoph Schmidt.
En declaraciones al diario "Rheinischen Post", Schmidt recuerda que
las normas están recién aprobadas y considera que "ser fieles a ellas
sería un camino para recuperar la confianza perdida en la estabilidad de
la unión monetaria".
El economista asume que es "incómodo" para el Gobierno italiano
obligar a los acreedores, que son votantes, a asumir pérdidas, pero
insiste en que no se pueden romper las leyes para proteger a los
pequeños accionistas.
A su juicio, si hay consenso en Italia sobre la necesidad de
protegerlos, la solución podría ser realizar el rescate interno o
bail-in establecido por la normativa europea, es decir, aplicar
pérdidas en los accionistas y acreedores antes de tener que recurrir a
fondos públicos, y después compensar a esos inversores minoristas a
través de los presupuestos.
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