miércoles, 20 de julio de 2016

La FAO presenta un estudio sobre bosques y cambio climático

ROMA.- La contribución de los bosques al enfrentamiento del cambio climático puede prolongarse incluso después de la tala de los árboles, destacó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Según el estudio, los productos madereros continúan almacenando carbono, lo que compensa casi en su totalidad las emisiones de gases con efecto invernadero asociadas al proceso fabril.

La huella de emisión neta de un escritorio de madera, sobre todo si es antiguo, es menor que la de los muebles de oficina modernos hechos de acero y plásticos, ejemplificó el análisis.

A juicio de los expertos, los bosques son un eje central en la transición hacia economías de bajas emisiones de carbono.

"No sólo debido a su doble papel como sumidero y fuente de emisiones, sino también gracias a un uso más amplio de productos madereros para desplazar a productos derivados de los combustibles fósiles", argumentó aseguró René Castro, al frente del Departamento Forestal de la FAO.

"La relativa velocidad y rentabilidad con las que los bosques hacen notar su presencia -o ausencia- es una de las razones clave para que ocupen un lugar destacado en los planes de los países para cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático", evaluó la FAO.

Un aprovechamiento adecuado del ciclo de vida del carbono de los árboles y productos madereros permite que, a largo plazo, "los bosques explotados de manera sostenible complementen e incluso mejoren los beneficios de mitigación del clima que proporcionan los bosques naturales conservados", sostiene el examen.

Gracias a los avances tecnológicos y los métodos más limpios y ecológicos de procesado, el uso industrial de la madera puede contribuir a reducir la huella de carbono, en comparación con el uso de combustibles fósiles, añadió el documento.

Actualmente la madera constituye el principal biocombustible sólido, al representar el 69 por ciento del suministro de energía renovable a escala global y es el principal combustible doméstico para cerca de 2.400 millones de personas, recordó la FAO.

De acuerdo con la fuente, el uso de cocinas más eficientes podría reducir los casi dos mil millones de toneladas de emisiones anuales de dióxido de carbono que proceden de preparar los alimentos y potabilizar agua.

Promover la madera como fuente de energía renovable puede parecer contradictorio, pero 1.860 millones de metros cúbicos de madera (más de la mitad de la producción maderera del mundo), se utilizan ya para ese fin, poniendo de relieve los beneficios potenciales de una gestión más sostenible, argumentó la institución.

Fomentar el aprovechamiento de la biomasa, utilizando madera reciclada para fabricar muebles o embalajes y luego usarla de nuevo como fuente de energía, podría reducir las emisiones de carbono en hasta 135 millones de toneladas, así como disminuir la necesidad de vertederos, estima la FAO.

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