jueves, 21 de julio de 2016

El BCE está dispuesto a actuar para contrarrestar el Brexit pero no todavía

FRÁNCFORT.- El Banco Central Europeo (BCE) aseguró este jueves que está dispuesto a actuar para contrarrestar las repercusiones del Brexit en la economía de la zona euro, pero dijo que por el momento quiere tomarse un tiempo para analizar la situación.

En su primera conferencia de prensa desde el referéndum en el Reino Unido, el presidente del banco emisor europeo destacó la disponibilidad del BCE para impulsar la economía.
"Si es necesario para cumplir con sus objetivos, el Consejo de gobernadores actuará utilizando todos los instrumentos con los que cuenta en su mandato. Quiero destacar que estamos listos, dispuestos y tenemos la capacidad de hacerlo", dijo Mario Draghi después del anuncio de que el BCE mantendrá la tasa directriz estable, en su mínimo histórico de 0%, aplicado desde marzo de 2016.
La institución con sede en Fráncfort tampoco modificó su tasa de interés marginal (0,25% dese marzo), ni su tasa de depósito (-0,40%), que está en negativo desde junio de 2014.
Esta decisión había sido anticipada ampliamente por los analistas.
Draghi destacó que los mercados financieros de la zona euro mostraron una "alentadora resiliencia" tras los resultados del referéndum sobre el Brexit en el Reino Unido, pero Draghi dijo que era "demasiado pronto" para "evaluar el impacto final" del Brexit.
"Hemos concluido que todavía no tenemos los datos para tomar una decisión", dijo Draghi, que estimó que en los próximos meses la junta de gobernadores estará en una mejor posición "para revaluar" el rumbo de la política monetaria.
Algunos analistas esperan una intervención a partir de septiembre, cuando sea publicada la actualización de las previsiones para la inflación y el crecimiento realizada por los expertos de la entidad.
Estos indicadores muestran que la actividad sigue estando alicaída. En junio los precios subieron en un 0,1% interanual, cuando el objetivo del emisor es que la inflación sea inferior al 2%, pero que se mantenga cercana a este rango.
"El principal dato que hay que destacar es que Draghi dijo que necesita más datos y que los datos disponibles de aquí a la próxima reunión (que se celebra en septiembre) podrían no ser suficientes, lo que implica un aplazamiento mayor" antes de que se anuncien más medidas de alivio cuantitativo, advirtió Joshua Mahony, analista de IG.
Para Carsten Brzeski, economista de ING-Diba, Draghi "dejó abiertas todas las opciones para que haya nuevas acciones monetarias, nada más y nada menos".
En el marco de su programa de flexibilización monetaria, el BCE ya aplica un arsenal de iniciativas: tasas de interés en un mínimo histórico, préstamos colosales a los bancos y recompra masiva de deuda en los mercados secundarios.
En junio empezó a comprar deuda corporativa, por primera vez en su historia.
En medio de las inquietudes sobre la salud de los bancos europeos, y especialmente de los italianos, Draghi afirmó que el problema, más que de solvencia, es de rentabilidad.
"En términos de solvencia, los bancos están mejor, pero no mucho mejor que antes" afirmó. "El problema que vamos a tener que enfrentar ahora es la débil rentabilidad, pero esto no es un problema de solvencia", precisó.
El sistema bancario italiano, repartido en más de 700 entidades, tiene problemas de capitalización y se calcula que cuenta con unos 360.000 millones de euros de créditos dudosos.

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