FRÁNCFORT.- El Banco Central Europeo (BCE) aseguró este jueves que está dispuesto a actuar para contrarrestar
las repercusiones del Brexit en la economía de la zona euro, pero dijo
que por el momento quiere tomarse un tiempo para analizar la situación.
En
su primera conferencia de prensa desde el referéndum en el Reino Unido,
el presidente del banco emisor europeo destacó la disponibilidad del
BCE para impulsar la economía.
"Si es necesario para cumplir con
sus objetivos, el Consejo de gobernadores actuará utilizando todos los
instrumentos con los que cuenta en su mandato. Quiero destacar que
estamos listos, dispuestos y tenemos la capacidad de hacerlo", dijo
Mario Draghi después del anuncio de que el BCE mantendrá la tasa
directriz estable, en su mínimo histórico de 0%, aplicado desde marzo de
2016.
La institución con sede en Fráncfort tampoco modificó su
tasa de interés marginal (0,25% dese marzo), ni su tasa de depósito
(-0,40%), que está en negativo desde junio de 2014.
Esta decisión había sido anticipada ampliamente por los analistas.
Draghi
destacó que los mercados financieros de la zona euro mostraron una
"alentadora resiliencia" tras los resultados del referéndum sobre el
Brexit en el Reino Unido, pero Draghi dijo que era "demasiado pronto"
para "evaluar el impacto final" del Brexit.
"Hemos concluido que
todavía no tenemos los datos para tomar una decisión", dijo Draghi, que
estimó que en los próximos meses la junta de gobernadores estará en una
mejor posición "para revaluar" el rumbo de la política monetaria.
Algunos
analistas esperan una intervención a partir de septiembre, cuando sea
publicada la actualización de las previsiones para la inflación y el
crecimiento realizada por los expertos de la entidad.
Estos
indicadores muestran que la actividad sigue estando alicaída. En junio
los precios subieron en un 0,1% interanual, cuando el objetivo del
emisor es que la inflación sea inferior al 2%, pero que se mantenga
cercana a este rango.
"El
principal dato que hay que destacar es que Draghi dijo que necesita más
datos y que los datos disponibles de aquí a la próxima reunión (que se
celebra en septiembre) podrían no ser suficientes, lo que implica un
aplazamiento mayor" antes de que se anuncien más medidas de alivio
cuantitativo, advirtió Joshua Mahony, analista de IG.
Para
Carsten Brzeski, economista de ING-Diba, Draghi "dejó abiertas todas
las opciones para que haya nuevas acciones monetarias, nada más y nada
menos".
En el marco de su programa de flexibilización monetaria,
el BCE ya aplica un arsenal de iniciativas: tasas de interés en un
mínimo histórico, préstamos colosales a los bancos y recompra masiva de
deuda en los mercados secundarios.
En junio empezó a comprar deuda corporativa, por primera vez en su historia.
En
medio de las inquietudes sobre la salud de los bancos europeos, y
especialmente de los italianos, Draghi afirmó que el problema, más que
de solvencia, es de rentabilidad.
"En términos de solvencia, los
bancos están mejor, pero no mucho mejor que antes" afirmó. "El problema
que vamos a tener que enfrentar ahora es la débil rentabilidad, pero
esto no es un problema de solvencia", precisó.
El sistema
bancario italiano, repartido en más de 700 entidades, tiene problemas de
capitalización y se calcula que cuenta con unos 360.000 millones de
euros de créditos dudosos.
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