ESTAMBUL.- La purga iniciada por las autoridades turcas a raíz del golpe de Estado fallido del viernes pasado,
que está afectando principalmente a personas que se considera afines al
clérigo autoexiliado Fetulá Gulen, ha continuado este martes en
distintos órganos y administraciones públicas.
La Organización
Nacional de Inteligencia ha suspendido a un centenar de trabajadores, la
mayoría de los cuales no eran agentes en activo, bajo la sospecha de
que estarían vinculados con la intentona, según un alto cargo turco.
Por otra parte, 257 trabajadores de la oficina del primer ministro
también han sido apartados de su cargo por este mismo motivo, según
fuentes de su equipo. Unas 2.600 personas trabajan en la oficina de
Binali Yildirim.
También han sido apartados de sus cargos 492 trabajadores de la principal autoridad islámica del
país por su presunta implicación en el golpe fallido y por supuestos
vínculos "terroristas", según ha informado en un comunicado la Dirección
de Asuntos Religiosos, que emplea a más de 100.000 personas.
El Ministerio de Educación, por su parte, ha suspendido a 15.200 funcionarios del ramo,
mientras que el Consejo Supremo de Educación ha pedido ya la dimisión
de 1.557 docentes de todas las universidades del país, tanto públicas
como privadas.
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