BRUSELAS.- La Comisión Europea
(CE) confirmó hoy que mantiene contactos con el Gobierno italiano sobre
los planes de rescate de las entidades más frágiles de su sector
bancario, que Roma aspira a realizar con una inyección de fondos
públicos sin aplicar quitas a los inversores, contraria a las reglas
europeas.
"Puedo confirmar que estamos en contacto con las autoridades
italianas", afirmó el portavoz comunitario de Competencia, Ricardo
Cardoso, en una rueda de prensa.
"Basándonos en los precedentes, hay varias soluciones que pueden
aplicarse y que cumplirían completamente con las reglas europeas sobre
liquidez y falta de capital de los bancos sin que tenga efectos
negativos en los inversores minoristas", añadió el portavoz.
Preguntado por las informaciones que apuntan a un enfrentamiento
entre el Gobierno liderado por Matteo Renzi y Bruselas -así como otros
países, liderados por Alemania- sobre esta cuestión, Cardoso confirmó
haber visto los artículos, de la mano a otros en los que se dan
"desmentidos" de las desavenencias.
La semana pasada el diario británico "Financial Times" indicó que el
Gobierno de Matteo Renzi pretende que se declare que la situación creada
tras el voto británico a favor del "brexit" sea considerada una
situación excepcional que pone en riesgo el sistema financiero, para que
se le conceda el margen necesario para la inyección de fondos públicos
sin imponer pérdidas a los accionistas de los bancos
Renzi había asegurado anteriormente que no ha pedido cambiar las
reglas comunitarias sobre ayudas de Estado para poder llevar a cabo una
inyección de ayuda pública en las entidades más frágiles de la banca
italiana, y aseguró que ya hay instrumentos para proteger a los
depositantes.
Hoy sin embargo de nuevo el diario británico aseguró que Renzi está
preparando lo que denominó un "desafío" a las autoridades de Bruselas
mediante la inyección "unilateral" de miles de millones de euros en el
caso de que Italia se encontrara con "señales de una crisis sistémica".
Las reglas europeas sobre rescates bancarios persiguen que se lleven a
cabo la reestructuración o liquidación ordenada de bancos en quiebra
sin que los contribuyentes tengan que rescatarlos o financiar su
disolución.
Ello implica recurrir al llamado rescate interno o bail-in, es decir,
aplicar pérdidas en los accionistas y acreedores antes de tener que
recurrir a fondos públicos.
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