LISBOA.- El expresidente de
la Comisión Europea (CE) y ex primer ministro de Portugal José Manuel
Durao Barroso se defendió de las duras críticas de las que ha sido
blanco por haber aceptado un puesto directivo en el banco de inversión
Goldman Sachs.
"Se es criticado por cualquier cosa que se haga. Si uno se queda en
la política, está mal porque vive a costa del Estado, y si se va a la
empresa privada es porque se está aprovechando de la experiencia
adquirida en la vida política", se defendió el exgobernante en unas
declaraciones publicadas hoy en el semanario luso "Expresso".
La izquierda portuguesa ha censurado la contratación de Durao Barroso
(del centro-derechista Partido Social Demócrata) desde que este viernes
Goldman Sachs, con sede en Estados Unidos, anunciase de que el político
trabajará en la firma subsidiaria con sede en Londres Goldman Sachs
International (GSI).
"Podía haber aceptado otras ocupaciones más tranquilas, pero me
gustan los desafíos", sostuvo el exprimer ministro luso, quien añadió
que "después de más 30 años en la política y en el servicio público"
entrar en Goldman Sachs se trata de "un desafío interesante y
estimulante en el que puedo usar mis competencias en una institución de
alcance global".
Durao Barroso estaba legalmente apto a aceptar un cargo en la empresa
privada, pues ya había cumplido el periodo de un año y medio posterior
al cese de sus funciones políticas durante el que no podía trabajar en
la esfera privada.
El político portugués, de 60 años, encabezó la CE entre 2004 y
finales del 2014, un turbulento periodo azotado por la crisis financiera
y económica y por los rescates a Grecia, Irlanda y su Portugal natal.
Aunque su decisión no entraña problemas de legalidad, la izquierda lusa la ha cuestionado desde el punto de vista moral.
El gobernante Partido Socialista (PS), el Bloque de Izquierda y el
Partido Comunista de Portugal (PCP) ya expresaron su firme oposición a
este nombramiento y lo calificaron de "vergüenza".
Los más punzantes fueron el Bloque, de tendencia marxista, y el PCP,
partidos que recordaron que Goldman Sachs tuvo culpas en el colapso
financiero del 2008 que arrastró a Europa.
En Portugal, no todas las voces discrepan y el presidente de la
República, el carismático Marcelo Rebelo de Sousa, ha sido la voz más
prominente en defender a Durao Barroso, con el que comparte filiación
política en el centro-derechista Partido Social Demócrata (PSD).
"Es bueno ver a portugueses reconocidos en lugar de top en los varios
dominios de la actividad profesional cívica, cultural. Y tenemos que
admitir que éste es un puesto top de la vida empresarial mundial",
defendió.
Según recogen algunos medios lusos como "Correio da Manhã" o la
revista "Sábado", el expresidente de la CE podría ganar hasta cinco millones
de euros al año, frente a los 350.000 que se embolsaba en Bruselas como
presidente del Ejecutivo comunitario.
Durao Barroso se desempeñó como primer ministro de Portugal entre
2002 y 2004, cargo que abandonó para presidir la Comisión Europea entre
2004 y 2014, después de haber ejercido como titular de Asuntos
Exteriores de 1992 a 1995.
Antes de ser primer ministro, Durao Barroso trabajó en el sector
bancario, en el Grupo Espírito Santo, que colapsó en agosto de 2014 por
la quiebra de su principal activo, el Banco Espírito Santo (BES).
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