viernes, 15 de julio de 2016

El Brexit generaliza la guerra de divisas

MADRID.- El desplome de la libra, tras el resultado del referéndum británico, ha metido de lleno a la libra esterlina en la guerra de divisas que vive el mundo desde hace meses. Aunque la divisa británica se ha recuperado de los mínimos tras el anuncio del Brexit, ha perdido en tres semanas un 8% de su valor, una caída que se amplía al 17% en el último año. El mantenimiento, esta semana, de los tipos de interés al 0,5% por el Banco de Inglaterra confirma el pronóstico, según informa www.capitalmadrid.com

La es­ter­lina se suma a un di­fícil juego de fuerzas en el que dó­lar, euro, yen y ren­minbi chino pugnan para no al­canzar co­ti­za­ciones que per­ju­di­quen a los ex­por­ta­dores de sus res­pec­tivos paí­ses.
Los ex­pertos va­ti­cinan que la sa­lida del Reino Unido de la Unión Europea arro­jará al país en brazos de la re­ce­sión a fi­nales de este año. Es por ello que re­sulta de vital im­por­tancia que la libra se de­precie aún más de lo que lo ha hecho en los úl­timos me­ses.
Hace un año se en­con­traba a 1,45 contra euro. Hace un mes ya había caído hasta los 1,30 eu­ros. Ahora se sitúa en el en­torno de los 1,20 y no se des­carta que el Banco de Inglaterra tome una de­ci­siva po­lí­tica para que la mo­neda se mueva entre los 1,10 y los 1,20 euros y con­tri­buir a me­jorar la salud del sector ex­por­tador para tratar de con­tener la ame­naza de re­ce­sión.
Similar es­tra­tegia sigue el Banco de Japón, con una eco­nomía que lleva su­mida en la de­fla­ción desde que hace 25 años es­ta­llara la bur­buja hi­po­te­ca­ria. Aunque el Banco de Japón per­sigue un 2% de alza de los pre­cios, des­pués de años y años de ci­fras ne­ga­ti­vas, los pre­cios apenas están cre­ciendo al nivel del 0,4%.
El Banco de Japón no quiere que el yen al­cance el nivel de 100 contra dó­lar, porque per­cibe ese nivel como una línea roja que per­ju­di­caría a las em­presas que venden en el ex­tran­jero. Y, como lleva ha­ciendo desde hace dé­ca­das, compra dó­lares a manos lle­nas, con el ob­je­tivo de evitar una pe­li­grosa apre­cia­ción de la di­visa ni­pona.
Con la ame­naza de que Estados Unidos suba los tipos (ya sólo se es­pera un alza hasta fi­nales de año, con el ob­je­tivo de no des­es­ta­bi­lizar aún más al resto del mun­do), el euro se en­cuentra en una ver­da­dera olla a pre­sión.
El pol­vorín de la banca ita­liana, el Brexit, la in­cer­ti­dumbre po­lí­tica en España e in­cluro el pro­blema de la in­mi­gra­ción, van a su­poner pre­siones aña­didas para la di­visa eu­ro­pea. De 1,10 a 1,12 dó­lares por euro po­dría ser el nivel al que se man­tenga la mo­neda eu­ropea en los pró­ximos me­ses.
¿Y la di­visa china? La ne­ce­sidad de China, el se­gundo motor eco­nó­mico mun­dial, de de­va­luar su mo­neda ha con­du­cido a un efecto do­minó en el que se ha visto arras­trado el dó­lar, en el que el propio Banco Central Europeo ha de­jado de in­ter­venir para que su mo­neda no se de­pre­ciara aún más y que ha mo­ti­vado la apre­cia­ción del yen ja­po­nés.
Un com­pli­cado ta­blero en el que juegan todas las di­visas po­de­rosas y al que se ha ve­nido a sumar la libra es­ter­lina, para com­plicar aún más el pa­no­rama.

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