miércoles, 6 de julio de 2016

Fracasa el proyecto de Bruselas para rescatar a la banca italiana / José Hervás *

Lo que le faltaba a Matteo Renzi. La solución que el primer ministro italiano presentó la semana pasada como la salvación de su sector financiero no convence a los mercados. Tras su fracaso en las elecciones locales, este desastre viene a sumarle otra losa en su legado de cara a las próximas generales.
A di­fe­rencia de lo que su­cedió con el sector fi­nan­ciero, donde solo las cajas de aho­rros ne­ce­si­taron ayuda del Estado, en el caso ita­liano los afec­tados son los ban­cos. UniCredit, que ya re­co­noció pér­didas de 14.000 mi­llones de euros y ha des­pe­dido a su pre­si­dente, se ha de­jado más del 60 % de su ca­pi­ta­li­za­ción bur­sátil en lo que va de año y ne­ce­sita un nuevo plan es­tra­té­gico.

La ayuda apro­bada por la Comisión Europea per­mite al Gobierno ita­liano aportar una ga­rantía pú­blica de hasta 150.000 mi­llones de eu­ros, pero solo du­rante seis me­ses, para ga­ran­tizar la li­quidez de los bancos ita­lia­nos. Pero como alertan ex­pertos es­paño­les, el pro­blema de la banca ita­liana en este mo­mento no es de li­qui­dez, pues el Banco Central Europeo está apor­tando toda la que ne­ce­sita el sis­tema, si no la sol­ven­cia.

Una sol­vencia que está he­rida de muerte de­bido a la enorme mo­ro­si­dad. Las au­to­ri­dades ita­lianas la ci­fran en 340.000 mi­llones de eu­ros, 200.000 mi­llones de cré­ditos en de­te­rioro a los que hay que añadir otros 140.000 mi­llones de muy di­fícil co­bro, los úl­timos datos del Banco de Pagos Internacional de Basilea au­mentan esta cifra hasta los 360.000 mi­llo­nes.

Las ci­fras asus­tan. Como re­cuerda, Fernando Fernández de Andrés, ex­perto eco­no­mista del IE Business School, con la en­trada en vigor del Mecanismo Únicos de Resolución, los pri­meros que tienen que asumir los costes del sal­va­mente de la banca en crisis son los acree­dores y ac­cio­nis­tas.

Antes de aplicar este me­ca­nismo, Renzi ha bus­cado una vía in­ter­me­dia. Como con esta carga tan ele­vada de mo­ro­sidad los bancos ita­lianos tienen prác­ti­ca­mente im­po­sible fi­nan­ciarse en los mer­cados sin ga­ran­tías adi­cio­na­les, el go­bierno tras­al­pino les ofrece 150.000 mi­llones de ga­ran­tías pú­bli­cas.

Pero aunque el anuncio rea­li­zado la pa­sada se­mana per­mitió ini­cial­mente una li­gera me­jora de su ca­pi­ta­li­za­ción bur­sá­til, esta ha sido poco más que flor de un día.

Los mer­cados quieren sabe cómo re­suelve la banca ita­liana el pro­blema de los 360.000 mi­llones de cré­ditos mo­ro­sos. La forma tra­di­cional de re­sol­verla, como muy bien saben los bancos es­pañoles que han te­nido que rea­lizar su­ce­sivas ope­ra­ciones de am­plia­ción de ca­pi­tal, es lo­grar los 40.000 mi­llones de euros que los in­ver­sores con­si­deran ne­ce­sa­rios.

Mientras no se ob­tengan esos mi­llones de co­ber­tura para la in­gente mora de la banca ita­liana, el pro­blema per­ma­ne­cerá sin re­sol­ver.

Aunque Matteo Renzi quiere evitar aplicar ya el Mecanismo Único de Resolución que su­pone cargar sobre ac­cio­nistas y acree­dores la re­so­lu­ción del pro­blema, y aunque le au­to­ricen a ha­cerlo desde Bruselas, la so­lu­ción exige ca­pi­ta­lizar la banca.

De una u otra forma serán los ac­cio­nistas ac­tuales con pér­di­das, o los fu­tu­ros, asu­miendo el riesgo de unas ac­ciones que no saben donde aca­ba­rán, los que ten­drán cargar con el coste de la mo­ro­sidad ac­tual. Ese era el es­pí­ritu de la re­forma del sis­tema fi­nan­ciero eu­ro­peo. Las ga­ran­tías del Estado ita­liano au­to­ri­zadas por Bruselas serán poco más que pan para hoy y hambre para mañana.


(*) Periodista

No hay comentarios:

Publicar un comentario