miércoles, 13 de julio de 2016

Italia pretende inyectar 40.000 millones a su banca sin condiciones / José Hervás *

La pretensión del primer ministro italiano Matteo Renzi de inyectar 40.000 millones de euros a los bancos de su país para fortalecer su capital y evitar su quiebra choca con la normativa comunitaria y con lo aprobado hasta ahora para rescatar a los países que más han sufrido los efectos de la crisis, España entre ellos.

Su apro­ba­ción su­pon­dría una clara dis­cri­mi­na­ción con lo su­ce­dido en el 2012 con España. Tras las ne­go­cia­ciones de Luis de Guindos con la Comisión Europea, España tuvo que firmar un me­mo­rando de in­ten­ciones con una cua­ren­tena de me­didas que iban más allá de lo es­tric­ta­mente fi­nan­ciero.

Una de ellas, la nú­mero 30, exigía una es­tricta ob­ser­vancia de los ob­je­tivos de com­pro­miso de cum­pli­miento del dé­ficit pú­blico, a lo que hay que añadir que las me­didas 33, 34 y 36 del me­mo­rando de in­ten­ciones do­taban a la co­no­cida como ‘troika’ de po­deres ne­ce­sa­rios para poder com­probar ‘in situ’ el es­tricto cum­pli­miento de los com­pro­misos que había fir­mado España.

Por su­puesto la ‘troika’ ana­lizó, tanto el cum­pli­miento en ma­teria de ayuda a las cajas de aho­rros que se ca­na­li­zaron a través del FROB, como el cum­pli­miento de los ob­je­tivos ma­cro­eco­nó­micos in­cluidos en el Pacto de Estabilidad.

Por eso la me­dida en Italia, además de ir en contra de la nor­ma­tiva co­mu­ni­taria que prohíbe los res­cates de en­ti­dades fi­nan­cieros con ca­pital pú­blico, su­pon­dría una dis­cri­mi­na­ción res­pecto a España y a los países que tu­vieron que ser res­ca­tados en su con­junto como Portugal, Irlanda, Grecia o Chipre.

Pero dadas las dudas exis­tentes sobre la ver­da­dera si­tua­ción de la banca ita­liana su­pon­dría una de­ja­ción de fun­ciones dejar pasar esta oca­sión para poner en orden sobre todo, sobre las me­dianas y pe­queñas en­ti­dades fi­nan­cieras ita­lianas cuyo ver­da­dero es­tado es un enigma.
Las ci­fras que ofrece el go­bierno ita­liano sobre la mora de sus en­ti­dades no coin­ciden con las ci­fras que constan en el banco de bancos cen­tra­les, el Banco Internacional de Pagos de Basilea.

Mientras el eje­cu­tivo ita­liano habla de una mo­ro­sidad de en torno a los 340.000 mi­llo­nes, en el Banco Internacional de Pagos de Basilea los re­gis­tros ha­blan de 20.000 mi­llones más, es decir 360.000, lo que equi­vale al 22 % de su PIB.

Puede ser, que como es­tima la agencia de ca­li­fi­ca­ción de Riesgos, Standard & Poors, y como con­se­cuencia del cre­ciente eu­ro­es­cep­ti­cismo en al­gunos países y a la in­cer­ti­dumbre eco­nó­mica y fi­nan­ciera de­ri­vada del 'Brexit', puedan des­en­ca­llar las ne­go­cia­ciones con Bruselas para poder prestar un apoyo pú­blico al sector ban­cario en Italia.

Puede que se llegue a un acuerdo, pero si la sal­va­ción del sis­tema fi­nan­ciero ita­liano pa­sara por sal­tarse las normas en­tradas en vigor a prin­ci­pios de este mismo año, el que se vería en riesgo sería el fu­turo de la Unión Bancaria eu­ro­pea. Se había pen­sado en ella para que no se re­pi­tieran los errores del pa­sado. Ceder ante Renzi su­pon­dría un grave re­tro­ceso en el ca­mino tra­zado.


(*) Periodista

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