lunes, 4 de julio de 2016

La banca italiana, bajo presión por las dudas sobre sus créditos fallidos

ROMA.- La banca italiana protagonizó hoy una jornada de preocupación por la situación a la que le conduce el peso de sus créditos morosos, que suscitó además el interrogante de cómo actuará el Gobierno de Matteo Renzi para alejar las dudas sobre su salud.

La atención estuvo esta vez, y de nuevo, centrada en el comportamiento del banco más antiguo del mundo, Banca Monte Paschi de Siena (MPS), que cayó más de un 13 % en la Bolsa de Milán, donde se vivió una jornada de nervios.
El MPS admitió que el Banco Central Europeo (BCE) le ha urgido a reducir en 10.000 millones de euros el volumen de sus créditos morosos, circunstancia que motivó la suspensión hoy de su cotización.
El banco de Siena reconoció que el BCE le insta a aprobar "el respeto de determinados requisitos relativos, en especial, a los créditos morosos".
En concreto las autoridades de la institución europea le piden al banco italiano que antes del próximo 3 de octubre presente un plan en el que defina las medidas que pueda adoptar para reducir el coeficiente entre sus créditos morosos y el total hasta el 20 % de estos en el horizonte de 2018.
El objetivo planteado por el BCE en esa carta ahora confirmada por el MPS es superior al previsto en el Plan Industrial del banco, centrado en vender antes de 2018 un total de 5.500 millones de euros de créditos morosos, entre otras medidas.
El pasado 1 de julio la Comisión Europea (CE) autorizó bajo las normas de ayudas de Estado y hasta finales de año un sistema de garantías públicas para la banca italiana solvente que cubre medidas de liquidez y está pensado como "medida preventiva".
Bruselas precisó que no se espera que las garantías tengan que utilizarse y negó que exista un vínculo alguno entre este sistema de garantías y una recapitalización de bancos italianos.
La semana pasada el diario británico "Financial Times" indicó que el Gobierno de Matteo Renzi pretende que se declare que la situación creada tras el voto británico a favor del "brexit" sea considerada una situación excepcional que pone en riesgo el sistema financiero, para que se le conceda el margen necesario para la inyección de fondos públicos sin imponer pérdidas a los accionistas de los bancos
Renzi había asegurado anteriormente que no ha pedido cambiar las reglas comunitarias sobre ayudas de Estado para poder llevar a cabo una inyección de ayuda pública en las entidades más frágiles de la banca italiana, y aseguró que ya hay instrumentos para proteger a los depositantes.
Hoy sin embargo de nuevo el diario británico aseguró que Renzi está preparando lo que denominó un "desafío" a las autoridades de Bruselas mediante la inyección "unilateral" de miles de millones de euros en el caso de que Italia se encontrara con "señales de una crisis sistémica".
Renzi salió al paso de la situación de la banca de su país en una intervención ante la dirección nacional del Partido Demócrata (PD, en el Gobierno) y defendió que las medidas que su Gobierno pretende para la banca tienen como objetivo defender a los titulares de los depósitos y no a los banqueros.
Dijo que es "absolutamente injustificada e indecente la polémica" sobre esta cuestión, que lleva meses asediando al partido de Renzi desde que el año pasado aprobó ayudas a cuatro bancos en dificultades que fueron criticadas por la oposición al ser consideradas como destinadas a proteger más a los accionistas que a los depositantes.
Renzi incluso criticó a gobiernos precedentes y dijo que si las medidas sobre la banca se hubieran tomado en 1998 la cuestión de la situación de algunas entidades no sería igual.
Por otro lado la Comisión Europea (CE) confirmó hoy que mantiene contactos con el Gobierno italiano sobre los planes de rescate de las entidades más frágiles de su sector bancario, que Roma aspira a realizar con una inyección de fondos públicos sin aplicar quitas a los inversores, contraria a las reglas europeas.
Pero por su parte la agencia de calificación Fitch consideró "difícil" una solución a la situación de algunos bancos italianos que pase por una aportación de dinero público debido a los impedimentos que plantean las propias normas de la Unión Europea (UE).
"La volatilidad del mercado después del referéndum en el Reino Unido golpea con especial dureza al sector bancario italiano porque es uno de los más débiles de Europa", estimó Fitch.
En relación con los intentos del Gobierno de Matteo Renzi de "explorar iniciativas para fortalecer la capitalización de los bancos mediante el empleo de fondos públicos" la agencia estima que eso destaca "la presión sobre el sector bancario de la baja calidad de los activos".
Por último, la agencia reconoce que ha habido en los últimos meses "una cantidad de iniciativas legislativas sin precedentes" para ayudar a los bancos a poner en orden sus balances y que esto demuestra que las autoridades italianas están "comprometidas" a abordar los problemas.
"Pero estas iniciativas llegan tarde y podrían demostrarse menos efectivas de lo que el Gobierno pretende", termina Fitch.

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