lunes, 11 de julio de 2016

Una Unión Europea afectada por el "brexit" busca más reformas económicas en Pekín

PEKÍN.- La Unión Europea (UE) y China inician mañana en Pekín una cumbre de dos días con el intento del bloque europeo, afectado por el resultado del referéndum británico, de lograr más reformas económicas y más espacio en el país asiático para sus inversiones.

Los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se reunirán mañana y pasado con el primer ministro y el presidente chinos, Li Keqiang y Xi Jinping, respectivamente.
Una cumbre empresarial forma también parte de la agenda de esta reunión anual, en la que se repasará también la cooperación en cuestiones internacionales, ambientales o sociales.
La UE espera que en esta cumbre se puedan lograr avances en el tratado de inversiones que Bruselas negocia con Pekín desde hace años, a fin de que los principales elementos queden fijados para finales de 2016.
Las empresas comunitarias se llevan quejando reiteradamente de las restricciones legales que les impone China (por ejemplo, algunos sectores están totalmente cerrados mientras que otros exigen un socio local con mayoría en el capital).
"La discriminación contra las empresas sigue siendo un hecho, uno que nos preocupa", afirmó hoy claramente la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, en una intervención en una universidad de Pekín.
Malmström resaltó que los inversores europeos afrontan "importantes barreras" en China, "incluyendo transferencias tecnológicas forzadas o restricciones de licencias", y advirtió de que mantener el mercado de la UE abierto requiere una "apertura recíproca".
Mientras tanto, la UE está mucho más abierta y en los últimos tres años el ritmo de compras parciales o totales de empresas europeas por entidades chinas se ha disparado, según apuntan distintas fuentes europeas, que se quejan del "terreno de juego desigual" en el que operan las firmas de ambas partes.
China, por su parte, urgirá a los europeos a que en diciembre le concedan el estatuto de economía de mercado, algo sobre lo que tienen que pronunciarse para entonces debido a las exigencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Para Pekín, si Bruselas no declara a China una economía de mercado "será un mal ejemplo para la comunidad internacional y a largo plazo no hará bien para la propia UE", advirtió hoy un portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Lu Kang.
Las reformas estructurales chinas para recortar el exceso de capacidad industrial, especialmente en el sector de la industria pesada forman también parte de la discusión, con la parte europea -afectada por una crisis en el sector del acero- quejándose de la lentitud y falta de transparencia de la reconversión lanzada por Pekín.
"No hemos visto aún demasiados progresos en la puesta en práctica" de las reformas económicas en China, recalcó hoy Malmström.
Sin embargo, el enorme comercio entre ambos gigantes económicos alcanza unos 1.500 millones de dólares diarios (1.360 millones de euros), lo que hace que ambas partes prefieran acuerdos negociados a un conflicto.
El "brexit" y sus consecuencias para la relación política y económica de China con la UE estarán en el menú de las discusiones, incluso si aún queda un tiempo para que Londres abandone el bloque europeo.
China estableció un nuevo nivel en sus relaciones con el Reino Unido durante la visita que Xi realizó a Londres en octubre del año pasado, en la que entre otros asuntos de acordó vincular la bolsa londinense con la de Shanghái y realizar emisiones de bonos chinos denominados en yuanes en la "city".
Los responsables chinos, que siempre han manifestado su apoyo a una Europa fuerte, han reaccionado de forma muy prudente al resultado del referéndum británico, han evitado por ahora pronunciarse sobre el futuro de estos proyectos financieros una vez que la plaza financiera de Londres esté fuera de la UE.

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