ESTAMBUL.- El presidente ruso, Vladimir
Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, prometieron anoche el restablecimiento de sus relaciones bilaterales tras meses de
crisis, aunque Rusia advirtió que prevé "un duro trabajo" para
reconstruir la cooperación económica con Turquía.
Este encuentro
se produce tras la reconciliación anunciada a finales de junio, después
de que Erdogan enviara una carta de disculpas a Putin (pidiendo "perdón"
según Moscú) por el derribo de un avión de combate ruso por parte de
aviones turcos en noviembre pasado cerca de la frontera con Siria.
Rusia tomó entonces medidas económicas como represalia.
Según
estadísticas rusas, los intercambios comerciales cayeron un 43%, a
6.100 millones de dólares (5.500 millones de euros), entre enero y mayo
del presente año.
"La tendencia es muy triste. Tenemos un trabajo
difícil para reconstruir la cooperación económica y comercial", señaló
Putin, en una conferencia de prensa con Erdogan. "Este proceso ya fue
lanzado, pero va a tomar un tiempo", precisó.
Se trata de la primera visita al extranjero del dirigente turco tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio.
El
encuentro muestra que "nosotros queremos restablecer el diálogo y las
relaciones ruso-turcas", declaró Putin tras haberle estrechado la mano
al mandatario turco, en una de las suntuosas salas del palacio
Konstantinovski, a 15 kilómetros al sur de San Peterburgo.
"Creemos que las relaciones ruso-turcas se van a volver aún más robustas", estimó por su parte Erdogan.
El
presidente ruso había declarado que esta visita representaba "una nueva
etapa, empezar de cero", y destacó que las relaciones entre Moscú y
Ankara entran en una fase "totalmente diferente", así como consideró que
la "solidaridad" entre los dos países contribuye a solucionar los
problemas en la región.
El
ministro de Desarrollo Económico ruso, Alexei Uliukaev, citado por la
agencia de prensa Interfax, estimó que se necesitarían dos años para
volver al volumen de intercambio anterior a la crisis.
Para un
consejero del Kremlin, Yuri Ushakov, el hecho de que el presidente turco
viaje a San Petersburgo poco después de la intentona golpista demuestra
el interés de Ankara en restablecer las relaciones con Rusia.
Putin
fue uno de los primeros dirigentes extranjeros en llamar a Erdogan para
condenar el intento de golpe, sin hacer críticas como los dirigentes
europeos por la represión que lo siguió.
Esta sublevación, que
según Ankara fue instigada por el predicador Fethullah Gülen, exiliado
en Estados Unidos, sí ha enturbiado en cambio las relaciones entre
Turquía y Estados Unidos.
"Si Gülen no es extraditado, Estados
Unidos sacrificará las relaciones (bilaterales) por culpa de este
terrorista", advirtió este martes el ministro de Justicia turco, Bekir
Bozdag.
El restablecimiento de las
relaciones permitiría reactivar el proyecto del gasoducto TurkStream,
que permitirá suministrar 31.500 millones de metros cúbicos de gas ruso
por año a Turquía, y la central nuclear de Akkuyu.
El proyecto de gasoducto entre Rusia y Turquía "será realizado lo más rápido posible", afirmó este martes Erdogan.
Por
su parte, Putin estimó que la construcción de la parte del gasoducto
destinada al mercado interno turco podría comenzar "muy pronto", pero
destacó que la realización del trazado destinado a aprovisionar a la
Unión Europea (UE) dependerá de las garantías que entregue Bruselas.
En tanto, los mandatarios decidieron dejar para el final el tema más complejo, la guerra en Siria.
Si
bien Erdogan siempre ha insistido en la salida del poder del presidente
sirio, Bashar al Asad, a lo que se opone totalmente Moscú, el
mandatario turco reconoce el papel crucial de los rusos en el avance del
conflicto.
"Nuestros puntos de vista sobre el problema sirio no
coinciden siempre (...) pero tenemos un objetivo común, el de arreglar
la crisis siria (...) y vamos a buscar una solución común que sea
aceptable para todo el mundo", explicó Putin.
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