miércoles, 3 de agosto de 2016

¡Es inconcebible! / Guillermo Herrera *

Es inconcebible que exista suficiente riqueza en el mundo para cubrir las necesidades de toda la Humanidad, pero se destina a cubrir la codicia de unos pocos.

Es inconcebible que mueran inocentes todos los días sin que nadie se preocupe de evitarlo.

“Quizás crean que soy un soñador”, como cantaba John Lenon, pero lo que vemos ahora en el mundo no lo he encontrado ni en mis peores sueños.

Es inconcebible que los cuatro jinetes del Apocalipsis estén cabalgando a sus anchas por el mundo: la guerra, el hambre, la peste, la muerte, sin que nadie pueda evitarlo.

Estos cuatro jinetes son descripciones simbólicas de diferentes eventos que tendrán lugar durante el periodo de la gran tribulación: 

- El primer Jinete banco representa el anticristo. Parece referirse al anticristo, a quien le será dada autoridad y conquistará a todos los que se opongan a él.
- El segundo Jinete bermejo o rojo representa la guerra. Se refiere a una terrible guerra que ocurrirá al final de los tiempos.
- “El tercer Jinete negro” representa la crisis económica, muerte, penuria, desnutrición y hambruna. Se refiere a una gran hambruna que tendrá lugar, probablemente como resultado de las guerras producidas por el segundo jinete.
- El cuarto Jinete amarillo representa las enfermedades y muertes. Trae más guerra y terribles hambrunas junto con terribles plagas y enfermedades.
El jinete sobre el caballo amarillo tiene un solo propósito; Muerte. Los medios que utiliza para cumplir su propósito son: guerra, hambre, pestilencias (virus, bacterias, epidemias, enfermedades contagiosas, etc.).

GUERRA MUNDIAL
Benedicto XV declaró en 1.917: "Jamás hasta ahora se había visto en el mundo la guerra como institución permanente de toda la Humanidad". Y ya Castellani advierte que viendo dos guerras mundiales parece como si el mundo se preparase para una tercera.

El papa Francisco, plantea que quizás se pueda hablar en la actualidad de una tercera guerra mundial combatida "por partes", teniendo en cuenta el alcance y la propagación de la guerra en el mundo.

Los estatutos de la Organización de las Naciones Unidas establecen que, para que un conflicto sea considerado guerra mundial, deberán de participar países de los cinco continentes; al no ser DAESH (al-Dawla al-Islamiya al-Iraq al-Sham) un estado o un país, no puede equipararse a la guerra contra el Estado Islámico como tal.

NUEVA GUERRA FRÍA
La nueva guerra fría es una expresión acuñada por Joseph Stroupe para referirse a la actual guerra de estrategias por el control de los recursos energéticos del planeta que libran las grandes potencias mundiales. 

Según Stroupe, por un lado se encuentra occidente, principalmente Estados Unidos y el Reino Unido, quienes buscan unilateralmente obtener supremacía sobre la energía nuclear y los recursos energéticos de Oriente Medio. 

Por otro lado está el oriente liderado principalmente por Rusia y China. Rusia es el mayor proveedor de gas natural y, después de Venezuela, posee las mayores reservas registradas de petróleo, y busca usar el monopolio interno de estos para restaurar su influencia sobre los asuntos mundiales. 

China, debido a su explosivo crecimiento económico, busca una estabilidad y garantía de surtimiento de petróleo y gas que la hagan menos vulnerable a la inestabilidad de los mercados del petróleo.

ANTECEDENTES
La segunda guerra fría o la nueva se evidenció a raíz de la invasión estadounidense a Irak en 2003, para la cual Estados Unidos desplegó bases militares en los países de Asia Central, anteriormente bajo la influencia rusa, los cuales son ricos en gas y petróleo. Occidente desarrolló a su vez políticas para permitir la expansión de la OTAN para incluir países ex soviéticos que compartían frontera con Rusia.

Para defenderse de los avances de occidente, Rusia hizo una serie de maniobras con el objetivo de lograr una forma de equilibrio y evitar ser rodeada. Al desarrollo de las maniobras rusas contribuyó el hecho de que la guerra contra Irak generó un alza en los precios del gas y del petróleo, fortaleciendo a Rusia puesto que era una de los más grandes productores de ambos recursos.

Rusia desarrolló lazos de cooperación con China y otros estados de Asia Central dentro del marco de la Organización de Cooperación de Shanghái, con el objeto de prevenir separatismo entre sus países y además asegurar y proteger sus intereses energéticos.

Adicionalmente, Rusia ha ido gradualmente restringiendo el acceso de multinacionales extranjeras a los contratos de explotación de gas y de petróleo en su territorio. Este ha sido el caso en los proyectos petrolíferos Sakhalin-1 y Sakhalin-2, de los cuales la compañía petrolera estadounidense ExxonMobile y la Royal Dutch Shell de Holanda han sido excluidas sobre la base de violación de las leyes de protección del medio ambiente, y sus permisos fueron revocados.

SIRIA
En 2.011 daba comienzo la Guerra Civil siria, en donde las Fuerzas Armadas de Siria del gobierno del presidente sirio, Bashar Al-Asad respaldado por Rusia se enfrentaban contra los grupos armados rebeldes de diversa índole, conocidos en Occidente como la «oposición siria» o «Ejército Libre de Siria» apoyados principalmente por Estados Unidos y Arabia Saudita. El conflicto sigue presente hasta el día de hoy.

En 2.015 un nuevo actor se hizo presente: el Estado Islámico, una organización considerada terrorista, que invadió Siria y se enfrentó tanto a las fuerzas gubernamentales de Siria como al Ejército Libre de Siria, logrando tomar en mayo de 2015 el control de la frontera entre Siria e Irak. Ante tal hecho, Rusia se declaró en contra de Estado Islámico.

Actualmente tanto Rusia como Estados Unidos y sus aliados han realizados bombardeos en los territorios controlados por Estado Islámico.

INESTABILIDAD
La creciente internacionalización de la guerra contra el terrorismo y la guerra civil en Siria ha desatado una fuerte inestabilidad en Oriente Medio, estando el conflicto bélico sirio traspasando las fronteras. 

Las potencias mundiales han expresado su apoyo a uno de los tres bandos; mientras occidente, liderado por Estados Unidos apoya a los rebeldes, el eje conformado por Rusia, Irán y China apoya al gobierno de Bashar Al-Asad; el tercer bando, la organización Estado Islámico, no cuenta con respaldo internacional.

Tras un ataque químico de Guta, Estados Unidos anunció su intención de atacar Siria como castigo, pero los aliados del país árabe se manifestaron en contra de ello. El gobierno de Siria dijo, en tanto, que un ataque desataría una guerra regional en el Oriente Medio. Esto es tomando en cuenta las alianzas en la región; naciones como Turquía, Israel o Jordania, apoyan a Estados Unidos en su actuar, por lo que pueden ser blancos de ataques por parte de Siria o de su aliado Irán, sobre todo Israel, que ya ha tenido problemas con estos dos países.

Una eventual sucesión de ataques en Oriente Medio podría desembocar en una guerra de carácter mundial, en donde los protagonistas ya no serían los países árabes, si no sus aliados: Estados Unidos y Europa (países miembros de OTAN) por un lado, y Rusia (países miembros de Comunidad de Estados Independientes) y China por otro.

Por otra parte, algunos políticos, como el ministro iraquí de relaciones exteriores o como el ministro de Relaciones Exteriores jordano Nasser Judeh, y el rey jordano Abdalá II, han considerado a la guerra contra el Estado Islámico (surgida en el contexto del conflicto bélico previo) como la «tercera guerra mundial». Tras los ataques del Estado Islámico en París en 2015, también el Papa Francisco afirmó que los ataques formaban parte de la III Guerra mundial.

GUERRA CONTRA DÁESH
La guerra contra Estado Islámico es el conflicto armado desatado el 5 de junio de 2014, cuando el grupo autodenominado «Estado Islámico», junto con militantes suníes leales a la antigua dictadura baazista secular de Sadam Husein y tribus antigubernamentales, lanzó una ofensiva contra los ejércitos de Irak y Siria. 

Las fuerzas de Estado Islámico empezaron atacando Samarra (Irak) ese mismo día y se apoderaron de Mosul la noche del 9 de junio, y de Tikrit el día 11. A fines de ese mes, Irak había perdido el control de toda la frontera occidental con Jordania y Siria.

El 29 de junio de 2.014, Estado Islámico declaró un «califato» que incluía a Siria e Irak. Abu Bakr al-Baghdadi, líder del grupo, fue declarado por este «califa y líder de todos los musulmanes».

En agosto de ese año, una coalición internacional lanzó su propia ofensiva en la región, con el fin de sumarse al esfuerzo de los ejércitos sirio e iraquí para hacer frente a la insurgencia de Estado Islámico.

A medida que las fuerzas de seguridad iraquíes se retiraban hacia el sur, las fuerzas del Gobierno Regional del Kurdistán llenaron el vacío y ocuparon parte de los territorios disputados entre Irak y Kurdistán, incluyendo el centro petrolero de Kirkuk. Los observadores internacionales interpretaron la movilización kurda como la última señal de la «creciente anarquía» en Irak.

El primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, pidió un estado de emergencia nacional el 10 de junio, tras el ataque en Mosul, pero fue denegado por el Consejo de Representantes de Irak, donde muchos parlamentarios suníes y kurdos boicotearon la sesión oponiéndose a un incremento de los poderes del primer ministro.

Siria decidió intervenir en la guerra con apoyo aéreo, y varios medios afirmaron que la Guardia Revolucionaria Iraní, al mando del general Qasem Soleimani, participaba en el conflicto desde hace tiempo, cosa que el gobierno iraní había desmentido.

El 8 de agosto de 2.014, a petición urgente de Irak y con el argumento de Barack Obama de que «Estados Unidos no podía quedar indiferente al conflicto», el país estadounidense decidió intervenir en la guerra que Irak estaba llevando a cabo contra Estado Islámico, con el objetivo declarado de defender las minorías cristianas y yazidíes que estaban siendo masacradas por los yihadistas, además de resguardar a las instalaciones y militares estadounidenses situadas en dicho país. Por ello, Estados Unidos decidió bombardear posiciones de los terroristas, limitándose a realizar solo ataques aéreos. 

Más tarde, Obama expresó su deseo de crear una coalición internacional con el objeto de acabar con los yihadistas, apoyada y conformada por treinta países y respaldada por las Naciones Unidas. Estados Unidos denominó a su operación militar en la guerra contra Estado Islámico como Operación Determinación Inherente u Operación Resolución Inherente (en inglés, Operation Inherent Resolve).

Tanto Nahla Al-Hababi (representante de la provincia de Nínive en el Parlamento iraquí) como Qasim Al Araji (legislador iraquí) y Hadi Al Ameri (secretario general de Badr), afirmaron que Estados Unidos había entregado intencionalmente armas al grupo Estado Islámico. Varios analistas políticos creen que Estados Unidos creó a Estado Islámico para acabar con el Gobierno del presidente sirio Bashar Al Assad.

Por otra parte, Yousaf al Salafi (un comandante de Estado Islámico capturado por los servicios de inteligencia pakistaníes) afirmó también que el grupo terrorista recibe financiación de Estados Unidos para comprar armas, operar y reclutar jóvenes que combatan en Siria, Irak y Pakistán.

A pesar de que la ofensiva de la coalición contra Estado Islámico se basa en los ataques aéreos, sus tropas se han visto atacadas mientras entrenaban a fuerzas iraquíes en sus respectivas bases. Estas solo respondieron de manera defensiva, respetando el protocolo de guerra planeado, aunque se llevaron a cabo algunas misiones ofensivas exclusivas para rescatar rehenes.

En enero de 2.015, Estado Islámico penetró y se instaló en Afganistán (estando este ya en guerra) para rivalizar con los talibanes, pero la OTAN detuvo su avance. Estado Islámico estaba ya interviniendo en esta fecha en el conflicto libio iniciado en 2014. Posteriormente, la guerra contra Estado Islámico se ha expandido Egipto, Nigeria y Rusia además de Israel, Turquía, Yemen y Líbano entre otros.

Por ahora, la coalición ha confirmado la baja de numerosas unidades de Estado Islámico, entre combatientes, vehículos y demás unidades tácticas.

Una gran ola de manifestantes han revelado su oposición tanto a la guerra como a la islamofobia y el yihadismo; asimismo, el propio grupo Estado Islámico se adjudicó la autoría de múltiples atentados en cuatro continentes.

Por otro lado, tanto el ministro de Relaciones Exteriores iraquí como el ministro de Relaciones Exteriores jordano Nasser Judeh y el rey jordano Abdalá II afirmaron que la guerra contra Estado Islámico es de hecho la tercera guerra mundial. También el papa Francisco expresó que tras los atentados de París de noviembre de 2015 la guerra contra Estado Islámico era la tercera guerra mundial en trozos.


(*) Periodista español

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