PANAMÁ.- El premio nobel de
Economía Joseph Stiglitz advirtió hoy que
"no será posible para Panamá seguir siendo un centro financiero, a menos
que se vuelva transparente".
El profesor de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) aseguró
que, "varios actores principales de la comunidad internacional ya han
sugerido que Panamá sea aislado por su falta de transparencia", sobre
todo después del escándalo de Mossack Fonseca.
Y a pesar de que el país ha tomado medidas hacia el intercambio de
información, "está claro que esto no será suficiente", añadió Stiglitz,
que renunció esta semana a un comité de expertos para revisar el sistema
financiero de Panamá, por la falta de garantías del Gobierno.
Stiglitz considera "perturbador" que el Gobierno de
Juan Carlos Varela se niegue a publicar con transparencia los resultados
de una revisión del sistema financiero de Panamá.
"¿Qué es lo que les preocupa?", se pregunto el economista estadounidense, a quien el pasado abril, después
del escándalo de los "papeles de Panamá", el presidente de ese país,
Juan Carlos Varela, encomendó el liderazgo de un comité de expertos para
analizar la situación actual de su centro financiero
El grupo de siete especialistas debía recomendar cómo mejorar los
niveles de transparencia, de modo que Panamá apurara el paso para
sacarse de encima el estigma de paraíso fiscal próspero a causa del
lavado de dinero del narcotráfico.
Pero "no tiene sentido tener un comité sobre transparencia, que no es
transparente", sostuvo el profesor de la Universidad de Columbia
(Estados Unidos), después de
conocerse su renuncia y la del experto Mark Pieth, profesor de Derecho
Criminal y Criminología de la Universidad de Basilea (Suiza) al encargo
de Varela.
Stiglitz aseguró que cuando él y Pieth aceptaron unirse al grupo
asumieron que el Gobierno estaría dispuesto a publicar íntegramente los
resultados, y que luego hubo un consenso entre los miembros sobre las
garantías futuras que debían dar las autoridades panameñas.
Esto a pesar de que el decreto que conformó la comisión establece la
autoridad exclusiva del Ejecutivo panameño sobre el contenido del
trabajo de ese cuerpo y el compromiso de sus miembros de no hacer
públicos sus resultados, lo que ahora destacan los otros integrantes de
la mesa, sorprendidos por las dimisiones.
El Gobierno, que atribuyó las renuncias a "diferencias internas", dio
un paso adelante y aseguró que había "autorizado a los
miembros activos del comité a publicar este reporte cuando lo estimen
necesario".
Pero para el estadounidense las deliberaciones reales de este grupo
nunca comenzaron. Su primer reporte, del que el Gobierno informó el
pasado 21 de julio (sin hacerlo público), ni siquiera fue aprobado por
él y Pieth.
Desde de la última reunión, que se dio en junio en Nueva York, los
debates del comité estuvieron suspendidos a la espera de que el Gobierno
panameño confirmara su voluntad de publicar las conclusiones del
trabajo sin cambiar su contenido.
La Cancillería panameña les llegó a comunicar que no podía garantizar
esa solicitud, que para Stiglitz "no era mucho pedir. Era pedir lo que
cualquier comité de nuestro tipo hubiese pedido".
"No entendíamos por qué el Gobierno no estaba dispuesto a hacer
público el informe. Y el hecho de que no pudieran darnos seguridad era
perturbador", relato el premio Nobel
"Nunca quisieron publicar el informe intempestivamente. Le darían
tiempo al Gobierno para verlo, analizar sus respuestas", sostuvo.
Stiglitz aboga por la necesidad de crear un registro público de
todos los beneficiarios finales de las corporaciones inscritas, a su
juicio, una de las principales carencias del sistema en Panamá, y que
explica las revelaciones de los archivos del bufete panameño Mossack
Fonseca.
La gigantesca filtración de documentos de la firma dejó al
descubierto miles de sociedades offshore -una figura jurídica que es
legal- de testaferros o personalidades de todo el mundo, lo que levantó
sospechas por evasión de impuestos y ocultamiento de fortunas.
El Gobierno de Panamá respondió con la creación del comité de
expertos que ayudaría al país a ponerse al día, y con su voluntad de
alcanzar en 2018 el intercambio automático de información fiscal con
todos los países con los que tenga tratados bilaterales, tal y como lo
hace Estados Unidos.
Stiglitz considera este un gran paso positivo pero "no será suficiente".
Aunque se piense que el secreto bancario puede contribuir a la
prosperidad del sector, "no será posible para Panamá seguir siendo un
centro financiero, a menos que se vuelva transparente", de acuerdo con
el experto en desigualdad y globalización.
El mundo se está moviendo rápidamente hacia una "toleracia cero" del
secreto bancario, y "varios actores principales de la comunidad
internacional ya han sugerido que Panamá sea aislado por su falta de
transparencia", sobre todo después del escándalo de Mossack Fonseca,
consideró.
"Los papeles de Panamá recordaron a la comunidad internacional una
mala conducta detrás del secreto bancario (...) que se extiende a la
evasión de impuestos y al lavado de dinero", agrego.
Y esto no significa, según Stiglit, que Panamá sea el epicentro de
este problema global, pero "cualquier involucrado será mirado cada vez
más con un extraordinario escrutinio".
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