Abundantes comentaristas estadounidenses dan por muerto a Trump. Su
incontinencia verbal le ha jugado malas pasadas y la última semana será
probablemente recordada como la que le hizo perder las elecciones.
Especialmente desafortunado fue su comentario sobre el capitán, de
origen paquistaní, que murió luchando contra el ISIS cuando trataba de
salvar la vida de otros soldados americanos. Los organizadores de la
campaña de Hillary llevaron a los padres del capitán a la Convención
Demócrata y la intervención del padre, amén de su posterior
participación en tertulias televisivas, han sido devastadoras.
Hay otros analistas, menos en estos momentos, que dicen que hasta el
rabo todo es toro. No ignoran que hay líderes republicanos cuyo escaño
legislativo está en juego también en noviembre que se esfuerzan en estas
fechas en no aparecer al lado de Trump por tener la impresión de que
esto les puede restar votos en su circunscripción. Sin embargo, alegan,
las elecciones están aún lejos, el efecto Khan (nombre de la familia del
soldado) se habrá disuelto antes de fines de agosto y el programa
económico de Trump empieza a ser elogiado por más de un comentarista
económico. El candidato republicano aboga por una reducción de
impuestos, simplificación de los tipos, eliminación del de sucesiones
etc…
Mientras se suceden los titulares contrarios en la prensa (“Trump no
puede ganar sin el voto de las mujeres blancas”, ” Soy mujer, esposa y
madre y Clinton no me va”), brotan no pocos chistes en los que una
pareja ante la televisión se pregunta : “¿ contra quién vas a votar en
noviembre?”.
La animosidad o desconfianza hacia los dos candidatos es, en efecto,
generalizada. Ambos son ampliamente considerados deshonestos. Se mide
quien es capaz de mentir más. La conclusión es que Trump es campeón
olímpico de esta categoría. El millonario arrasaría en la cantidad de
fabulaciones, medias verdades e invenciones derramadas en sus
intervenciones públicas. Algunas publicaciones como The Huffington Post
afirman que en una sesión en que respondía a preguntas dijo 71 cosas
incorrectas en algo más de una hora. Clinton está muy detrás en la
cantidad de mentiras.
Ahora bien, algunas son excelsas y muy llamativas.
Inventó que en un viaje a Bosnia cuando era secretaria de Estado tuvo
que, al bajarse del helicóptero, correr buscando protección porque le
llovían las balas. La realidad es que fue pacíficamente recibida por
políticos bosnios y una cría le entregó un ramo de flores dándole la
bienvenida. También se le acusa de haber mentido a los familiares de las
víctimas del asalto al consulado en Bengazi. No es un hecho probado
pero es cierto que familiares de dos de los méritos la han llevado a los
tribunales.
En las encuestas hoy, Hillary marcha en cabeza. Con unos cinco puntos
de diferencia. Es curioso, con todo, que a pesar de las clamorosas
meteduras de pata de Trump aun haya estados en que el republicano va
ligeramente delante.
(*) Diplomático español
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