lunes, 8 de agosto de 2016

Mínimo histórico en el bono español / Primo González *

La deuda española ha cruzado este lunes la barrera del 1% a la baja en el plazo de 10 años. Los bonos a este plazo son punto de referencia principal a la hora de calibrar el atractivo de un activo público para los inversores. Cuanto más bajo es el tipo, mayor es la demanda sobre ese activo y ello refleja el interés y la confianza de los inversores.

Por lo tanto, el hecho de que los tipos a 10 años de la deuda española bajen por primera vez en la historia por debajo del 1% es una noticia bastante positiva para la financiación de la economía española, sobre todo porque ese descenso se suele contagiar a los demás emisores del país, es decir, a las empresas que salen al mercado en busca de financiación. Varias empresas españolas han lanzado emisiones este año y han cosechado tipos mucho más bajos de lo que era habitual. Ahora, con los tipos de la deuda soberana por debajo del 1%, este impulso bajista en el coste de la financiación para las empresas españolas bajará de nuevo, estimulando la refinanciación de la deuda privada.

Mirando atrás, hace apenas cuatro años, en el verano del año 2012, España estaba pagando por los bonos a diez años tipos de interés que superaban claramente el 7%. El coste medio de la deuda pública ha ido bajando en estos últimos años hasta situarse por debajo del 3% de media para el conjunto de los acticos en circulación. Este descenso implica un ahorro importante de costes financieros para el Estado.

Lo malo es que el efecto positivo de este descenso del coste financiero de la deuda se diluye de forma considerable debido a que el volumen de deuda en circulación es cada vez mayor. En la actualidad supera ligeramente el 100% del PIB, cuando antes del inicio de la crisis no llegaba el 40% del PIB. Es decir, estamos pagando una deuda que es más del doble de la existente hace unos pocos años. De no haber sido por la tremenda caída de los tipos de interés en estos cuatro años, el país sencillamente no podría hacer frente a las deudas del Estado, que en algo más de la mitad están en manos de inversores extranjeros.

El hecho de que el coste de la deuda haya bajado en uno de los plazos más largos, el de 10 años, por debajo del 1% es un hito histórico que, sin embargo, debería complementarse con un mayor esfuerzo en la reducción de la deuda total. Los bajos tipos de interés están soportados en la actualidad por la agresiva política monetaria del Banco Central Europeo, que está inyectando dinero de forma masiva mediante la compra de bonos de países y últimamente de empresas privadas, lo que es un auténtico motor de abaratamiento de la financiación.

Es posible que en el corto plazo, el BCE apriete aún más su estrategia de compra de activos y de inyección de liquidez. En realidad, este movimiento a la baja durante los últimos días en el bono español a 10 años por debajo del 1% está en alguna medida motivado por la probable actuación adicional del BCE comprando activos en el mercado, tras la decisión similar adoptada por el Banco de Inglaterra hace unos días. Una política que, sin embargo, no va a durar siempre. España tendría que iniciar cuanto antes la bajada de la deuda, ya que si los tipos de interés giran al alza tendríamos problemas muy serios de financiación.


(*) Periodista y economista


No hay comentarios:

Publicar un comentario