lunes, 8 de agosto de 2016

Las exportaciones chinas suben un 2,9% en julio y las importaciones bajan un 5,7%

PEKÍN.-  Las exportaciones de China denominadas en dólares cayeron un 4,4 por ciento interanual en julio, mientras los analistas advierten de que ésa será la tendencia en los próximos meses del año para la segunda economía mundial. Las importaciones, por su parte, se precipitaron un 12,5 por ciento interanual en julio.

Sin embargo, al hacer el cómputo en yuanes, las exportaciones subieron un 2,9 por ciento en julio con respecto al mismo mes de 2015 y las importaciones bajaron un 5,7 por ciento, una diferencia que se explica porque el dólar se ha revaluado alrededor de un 7 por ciento con respecto a la divisa china en el último año.
En cualquier caso, China, líder mundial en ventas al exterior, registró un superávit comercial de 51.500 millones de dólares en el séptimo mes del año, un aumento interanual del 34 por ciento, según los datos de la Administración General de Aduanas del país.
El citado organismo chino subrayó que el comercio exterior en los primeros siete meses del año ha sido un 3 por ciento más bajo que durante el mismo periodo del año anterior, con un declive del 1,6 por ciento interanual en las exportaciones, y de un 4,8 por ciento negativo en las importaciones.
El excedente comercial, agrega la Administración General de Aduanas, se expandió en consecuencia un 8,7 por ciento interanual en los primeros siete meses del año, hasta llegar a los 1,99 billones de yuanes (casi 300.000 millones de dólares).
Por regiones, el comercio con la Unión Europea, el mayor socio comercial de China, ascendió un 1,8 por ciento interanual en los primeros siete meses de 2016.
Durante el mismo lapso de tiempo, el comercio con Estados Unidos, segundo socio comercial del gigante asiático, cayó un 4,8 por ciento, y el registrado entre China y su tercer socio comercial, los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), se contrajo un 2,2 por ciento.
En el primer semestre del año las exportaciones chinas habían bajado un 2,1 por ciento, y las importaciones un 4,7 por ciento.
Según los observadores, las cifras muestran un comienzo complicado del segundo semestre del año, con la demanda global aún convaleciente y perjudicada por noticias como la decisión británica de abandonar la Unión Europea.
"Algunos países del mundo están luchando por lograr una demanda que ha sido sacudida por la decisión del Reino Unido el pasado junio de abandonar la Unión Europea, de forma que las exportaciones chinas se enfrentan a una severa presión y a una competición más agresiva", analiza hoy la entidad Industrial Securities en un comunicado.
Ante la perspectiva de que esta tendencia se mantenga, el Gobierno chino ha tomado algunas medidas durante los pasados meses en el sector comercial.
El pasado abril el Ejecutivo del país asiático anunció que reducirá los impuestos sobre las importaciones para potenciar la demanda interna y así impulsar una reestructuración hacia una economía más basada en el consumo doméstico y menos en las exportaciones.
Entre las medidas adoptadas, hay reducciones a los impuestos sobre la importación de bienes altamente demandados por el mercado chino, y también la rebaja de las tasas que gravan la compra de ropa o de productos cosméticos.
Otro paso dado recientemente por China en este sector ha sido la decisión anunciada por el Ministerio de Comercio del país a finales de julio de imponer tasas "antidumping" sobre las importaciones de acero eléctrico o para transformadores procedentes de la Unión Europea (UE), Japón y Corea del sur.
Las nuevas tasas van desde un 37,3 % hasta un 46,3 % y se mantendrán durante cinco años, decisión que las autoridades chinas justificaron tras confirmar la existencia de casos de "dumping" que estaban afectando a la industria nacional.
Además, la medida se enmarca en el debate sobre el reconocimiento de China como "economía de mercado", un estatus que la UE le niega.
El tratado de entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2001, concedió a sus miembros un plazo de 15 años -que vence en diciembre de este año- para reconocer al país como economía de mercado, una condición que implica dejar de utilizar métodos alternativos (reservados para economías "no de mercado") para investigar casos de "dumping".

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