PEKÍN.- Ciudadanos del este
de China han protagonizado dos días de protestas contra la construcción
de una planta chino-francesa de reciclaje de residuos nucleares en su
localidad, una muestra de la preocupación de la ciudadanía por este tipo
de proyectos.
Miles de personas se concentraron este fin de semana en el centro de
la ciudad portuaria de Lianyungang, en la provincia oriental de Jiangsu,
después de que circularan rumores sobre la futura construcción de una
planta de reciclaje y reprocesamiento nuclear en la urbe, informó el
diario "South China Morning Post" (SCMP).
Un gran dispositivo policial fue organizado para controlar la
manifestación y se vivieron algunos momentos de tensión en la noche del
domingo, si bien las autoridades dejaron que la protesta se celebrara a
pesar de que se había advertido a la ciudadanía de que la movilización
no contaba con autorización oficial.
Los residentes protestaron al grito de "boicot a los residuos
radiactivos" y manifestaron su preocupación por su seguridad y su salud.
El Gobierno local publicó un comunicado a última hora del domingo
explicando que el proyecto aún está en discusión e instó a no dejarse
llevar por los rumores y a no participar en protestas.
Un empleado del Ejecutivo explicó al diario oficial "Global Times" que la decisión la tomará el Gobierno central.
La planta en discusión, que se espera que empiece a construirse en
2020, es un proyecto entre China y Francia que busca gestionar las 800
toneladas de residuos que producen anualmente las centrales nucleares
del país, señala el periódico oficial.
La planta de gestión de residuos será construida por la Cooperación
Nacional Nuclear de China (CNNC), con tecnología de la francesa Areva,
después de que ambas firmaran un acuerdo en 2012 durante la visita a
China del presidente francés, François Hollande.
Francia es líder en este tipo de tecnología, que se basa en utilizar
el combustible gastado para convertirlo en útil y poder utilizarlo en
otro tipo de reactores, que China por el momento solo posee en "fase
experimental".
El plan se enmarca dentro de los planes de China por convertirse en
una potencia nuclear, con actualmente 35 reactores operativos y 20 más
en construcción, según datos de la Agencia Internacional de Energía
Atómica.
El Gobierno pone sus esperanzas en este tipo de energía para reducir
la contaminación que sufren sus principales ciudades, si bien sus
objetivos se topan con el descontento del público.
La falta de transparencia tampoco ayuda a calmar los ánimos. Hace tan
sólo unos días China revelaba un incidente en una de sus centrales
nucleares más de un año después de que ocurriera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario