WASHINGTON.- China ha realizado
significativos progresos en varios aspectos de su reequilibrio,
particularmente en el cambio desde las manufacturas a los servicios,
aunque la transición económica del gigante asiático será compleja y
"llena de baches", según ha advertido el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
"La transición económica de China seguirá siendo compleja, difícil
y potencialmente llena de baches", afirma el FMI en su último informe
anual sobre la economía china, donde advierte de los riesgos de un
crecimiento apoyado excesivamente sobre el crédito, particularmente en
el caso de las empresas estatales chinas.
Las proyecciones de la institución internacional contemplan una
gradual desaceleración del crecimiento de China, cuyo PIB crecerá en
2016 un 6,6%, tres décimas menos que el año pasado, para moderarse al
6,2% el próximo año y al 6% los dos siguientes, mientras que China en
2020 debería expandirse a un ritmo del 5,9% y una décima menos en 2021.
Los técnicos del FMI destacan que las perspectivas a corto plazo
para China "han mejorado" gracias a las medidas de apoyo adoptadas por
Pekín, pero advierten de que a medio plazo la elevada y creciente deuda
empresarial, el exceso de capacidad estructural y la incorrecta
asignación de recursos "nublan" las expectativas.
En este sentido, la institución considera "urgente" hacer frente
al problema de la deuda corporativa a través de un enfoque de amplio
alcance y recomienda a las autoridades chinas endurecer las
restricciones presupuestarias para las empresas estatales, así como
reestructurar o liquidar aquellas empresas sobreendeudadas, reconociendo
pérdidas y distribuyéndolas entre las partes, incluyendo el Gobierno si
fuera necesario.
Asimismo, los expertos del FMI proponen complementar estas acciones
con medidas concretas de asistencia social para los trabajadores
desplazados, así como poner en marcha iniciativas que faciliten la
entrada de nuevas empresas de carácter privado.
El FMI subraya también la importancia de perseverar en las
reformas que permitan dotar de mayor estabilidad al sistema financiero
chino, priorizando incentivar que los bancos afloren sus pérdidas
crediticias y fortalezcan sus ratios de capital, mejorando además el
enfoque de supervisión sobre cuestiones de liquidez.
Por otro lado, los expertos del Fondo señalan que la cotización del
yuan se alinea en términos generales con sus fundamentales y destacan
los pasos dados hacia un régimen de tipos de cambio flexibles.
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