JERUSALÉN.- El ministro de
Economía y Finanzas de Panamá, Dulcidio de la Guardia, que se encuentra
en visita oficial en Israel junto a una delegación gubernamental, afirmó que "el canal ampliado está superando las
expectativas" y ha tenido una gran acogida por parte del mercado.
"Está habiendo mucha más demanda con la esclusa nueva del canal que
lo que habíamos proyectado, y confiamos en que va a consolidar la ruta
por Panamá y el hub logístico de nuestro país", declaró, descartando las
críticas que ha recibido en los últimos meses.
"Lo más importante es el hecho de que las principales navieras del
mundo están viendo la ruta con gran interés. El tiempo dirá si el diseño
fue el adecuado o no, nosotros pensamos que sí", dijo, y añadió que la
obra "está funcionando muy bien y la demanda sigue creciendo".
"Ya han transitado por él más de un centenar de buques de todo tipo:
tanques de gas natural, que antes no podían pasar por el canal, grandes
cargueros de petróleo, graneleros y portacontenedores", señaló,
resaltando que apenas ha habido problemas.
El diseño, de un consorcio internacional en el que participaba la
constructora española Sacyr Vallehermoso, "permite ahorrar en relación a
las esclusas anteriores. Recicla el agua y utilizan un 40 por ciento
menos, a pesar de ser esclusas mucho más grandes que las antiguas",
destacó De la Guardia.
El ministro llegó este fin de semana a Israel para una visita oficial
de seis días acompañado, entre otros, por sus compañeros de Gabinete
Mirei Endara, titular de Ambiente, y Miguel Mayo, responsable de Salud,
en un viaje centrado en una agenda para aprender sobre la gestión del
agua.
"Esta es una visita preparatoria al viaje del presidente (Juan Carlos
Varela, que visitará el país en el primer trimestre de 2017) y que está
centrada en el tema del agua y la experiencia israelí en su manejo
eficiente y efectivo", explicó en Jerusalén.
"Vamos a tratar de llevar las mejores prácticas israelíes a Panamá y,
además, también vamos a aprovechar para reunirnos con el sector privado
para hablar sobre las perspectivas de crecimiento económico y hacer
promoción de inversiones", agregó.
El ministro destacó que "en Panamá hay una comunidad judía muy
importante y muy próspera que tiene lazos muy estrechos con el Estado de
Israel", pero reconoció que aún queda "mucho por hacer para atraer
inversión, especialmente en los campos en que Panamá ofrece ventajas
comparativas, por ejemplo como plataforma logística para atender a los
mercados de América Latina".
De la Guardia se mostró satisfecho con la marcha de la economía del
país y descartó toda preocupación ante la desaceleración del crecimiento
y el leve aumento del desempleo.
"Panamá estaba creciendo históricamente en la última década un
promedio de un 8 por ciento. Las tasas se han reducido de entre un 7 y
un 8 a cerca de un 6 por ciento, un 5,7 que proyectamos para este año",
admitió.
Atribuyó la bajada del crecimiento a que el principal socio comercial
del país, América Latina, "este año va a estar en recesión, lo que
tiene un gran impacto sobre los motores de crecimiento de Panamá".
La situación regional, explica, está "entre un 1 y un 1,5 por ciento
de menor crecimiento del PIB", a los que se une una disminución de la
inversión.
"En los últimos años hemos tenido una enorme inversión privada y del
Gobierno, que llegó a estar a un nivel de un 30 por ciento del PIB, y
tenemos sobrecapacidad en algunos sectores, especialmente en el turismo y
los complejos de oficinas, que esperamos que sean absorbidos por la
economía en un año o año y medio", declaró.
Sin embargo, está convencido de que Panamá "tiene una perspectiva
económica muy halagadora. Está creciendo en el medio plazo por encima
del 6 por ciento, sin inflación, y posiblemente sea el primer o segundo
país en crecimiento de América Latina en el medio plazo".
Afirmó no estar preocupado por el ligero aumento del desempleo, que ha subido de un 3,8 a un 4,2 por ciento.
"Seguimos teniendo pleno empleo. Los niveles que teníamos
anteriormente eran un sobrecalentamiento de la economía que produjeron
un aumento en los salarios, que estaban generando inflación, así que
preferimos los niveles de desempleo que tenemos hoy en día. El mejor
ejemplo es que la inflación este año no va a llegar al 1 por ciento, así
que estamos muy cómodos con esos niveles", afirmó.
"Una parte de nuestros objetivos como política económica era bajar la
inflación de un 5 o un 6 por ciento al año que teníamos a niveles mucho
más manejables, para rebajar los niveles de pobreza, y lo hemos
logrado", se felicitó.
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