jueves, 27 de octubre de 2016

Xi afronta el relevo de poderes en China reforzado como “líder central” del partido

PEKÍN.- El presidente chino, Xi Jinping, reforzó este jueves aún más su autoridad de cara a un crucial cambio de poderes del próximo año con la decisión del Comité Central del Partido Comunista (PCCh) de proclamarle “líder central” de la formación, lo que le sitúa al nivel de históricos como Mao Zedong o Deng Xiaoping.

Se trata del último título de Xi, que ha ido acumulando cargos desde que llegó al poder en 2013, entre ellos el de líder de las comisiones que dirigen el Ejército y las reformas, convirtiéndose en el presidente con más poder concentrado desde Mao.
La nueva designación ha sido acordada por el Comité Central del PCCh -formado por unos 370 miembros- durante los cuatro días de celebración del llamado Sexto Plenario, el encuentro político de más nivel de China hasta que dentro de un año tenga lugar el crucial XIX Congreso del Partido.
En ese congreso, que se producirá en la segunda mitad de 2017, cuando Xi llegue al ecuador de su mandato (de un total de diez años), según confirmó la formación, habrá un importante relevo de poderes.
Entonces, cinco de los siete miembros actuales del Comité Permanente -el órgano de más poder del partido-, es decir, todos menos Xi y el primer ministro, Li Keqiang, serán en principio sustituidos por alcanzar la edad de jubilación de 68 años.
Con la pugna por los codiciados puestos iniciada, este nuevo título da a Xi una mayor influencia para elegir a sus aliados y frenar a otras facciones, en particular a la de Shanghái y la Liga de Juventudes, representadas por los expresidentes Jiang Zemin y Hu Jintao, respectivamente.
Es así porque, según reglas no escritas del partido, el término representa en la práctica poder de veto y, además, le convierte en “líder vitalicio”: el cargo “no tiene límites, de forma que, mientras viva, será el líder más poderoso del país”, explica Willy Lam, profesor de la Universidad China de Hong Kong.
El presidente podría tener entonces en su mano acabar con la citada jubilación a los 68, lo que beneficiaría a algunos de sus aliados en el XIX Congreso, sobre todo a su “zar” anticorrupción y “número dos”, Wang Qishan.
Xi pertrecha así a sus protegidos y a sí mismo para que los cambios de 2017 le sean favorables, aunque los analistas advierten de que la batalla no está ganada y que continúa teniendo firmes opositores.
Así, cuando la idea de designarle “líder central” del PCCh salió a la luz entre finales del pasado año y comienzos de 2016, ésta fue abrazada por un par de decenas de líderes provinciales pero no tanto por el Comité Permanente, de forma que se corrió un tupido velo.
El concepto, acuñado por Deng Xiaoping, quien señaló que los únicos “líderes centrales”, es decir, los que habían logrado casi absoluta autoridad, habían sido Mao Zedong, Jiang Zemin (sólo sobre su generación) y él, no se había vuelto a contemplar, entre temores de acabar con décadas de liderazgo colectivo.
Para Lam, el hecho de que el Comité Central lo respalde ahora responde a un hecho clave: “Xi ha triunfado en utilizar la campaña anticorrupción como carta para intimidar a sus enemigos”, en particular, a los correligionarios de Jiang y Hu.
De hecho, el plenario aprobó también dos documentos destinados a reforzar la disciplina del partido, eufemismo para referirse a la lucha contra la corrupción que emprende Xi desde su llegada al poder, con más de un millón de personas penalizadas desde 2013.
“Ya no habrá ningún lugar para que los funcionarios corruptos puedan esconderse”, amenaza hoy el comunicado final del Comité Central, que confirma la expulsión de cuatro miembros del PCCh: un exjefe provincial, el antiguo teniente de alcalde de Pekín y dos ex altos cargos militares.
Pero aunque el documento hace hincapié en la lucha contra la corrupción a todos los niveles, no incluye una novedad que había sido contemplada: la obligación de que los cargos públicos revelen sus bienes y activos.
Algo que, según Lam, sugiere que la campaña anticorrupción de Xi cuenta aún con gran oposición en las primeras filas del partido, “principalmente entre los ‘príncipes’ (hijos de líderes revolucionarios, como el propio Xi), los que más pueden perder si su riqueza queda expuesta”, añade el experto.
Desacuerdos que pueden explicar que el documento también resalte hoy que el PCCh reafirma la importancia del “liderazgo colectivo”, algo que este docente considera “una broma”, ya que “va en dirección opuesta a lo que Xi ha estado haciendo”.
Y es que su nuevo título refuerza las posibilidades de que Xi prolongue su mandato más allá de 2022, o de que, aunque deje de ser presidente, prevé Lam, el cargo de “líder central sin limitaciones” (que sí tenía el de Jiang) le sitúe en la práctica por encima de su sucesor.

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