BUENOS AIRES.- La reina Máxima de Holanda, que suele pasar sus vacaciones en su país
de nacimiento, realizó el martes su primera visita oficial a Argentina,
para disertar en Buenos Aires sobre proyectos de microcréditos para
promover la inclusión social.
Acompañada por el ministro de Economía Alfonso Prat-Gay y en calidad
de asesora especial del secretario general de Naciones Unidas sobre
Inclusión Financiera para el Desarrollo, Máxima disertó bajo un moderado
operativo de seguridad en la Universidad Católica de Buenos Aires,
donde se graduó en Economía en 1995.
La monarca hizo un repaso por algunos indicadores macroeconómicos de
Argentina, en clara recesión, y al mencionar que el crecimiento
económico "sigue siendo lento", que "hay un tercio de la población en la
pobreza", y que "el ahorro y el crédito están muy por debajo de los
promedios regionales", mostró su confianza en que existen recursos para
avanzar.
"Argentina está en perfectas condiciones de revertir esta situación.
Los países que cuentan con un plan coherente avanzan mucho más rápido
que los países que no lo tienen", dijo ante un auditorio donde la
mayoría de los alumnos usaron sus celulares para robar una imagen de la
reina que estudió en sus aulas.
La visita de Máxima de Holanda la llevó al despacho de la canciller,
Susana Malcorra, y también mantuvo reuniones con Prat-Gay y el
presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
Pese al tono financiero de estos encuentros, la visita ha sido
seguida especialmente por la prensa rosa, con notas que destacan el
estilo de la reina nacida en Buenos Aires hace 45 años.
El miércoles, antes de regresar con su familia a Holanda, Máxima se
reunirá con el presidente Mauricio Macri en la residencia de Olivos,
donde ofrecerá una conferencia de prensa.
Entre los invitados especiales a la disertación, estuvo el padre de
Máxima, Jorge Zorreguieta, un alto funcionario de la dictadura argentina
(1976/83).
Aunque la reina holandesa no había realizado hasta ahora eventos
oficiales en Argentina, en 2013 trascendió que cuando era princesa quiso
conocer a las Abuelas de Plaza de Mayo, cuya lucha en la búsqueda de
los bebés robados en aquel periodo trascendió fronteras.
"Sí, nos reunimos con Máxima hace algunos años. Ella ya era princesa y
tenía dos de sus tres hijas", dijo entonces Estela de
Carlotto, presidenta de la entidad varias veces candidata al premio
Nobel de la Paz, al revelar el encuentro poco difundido que se concretó
en 2006.
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