WASHINGTON.- El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos aumentó un
0,3 % en septiembre impulsado por el encarecimiento de la energía y la
vivienda, lo que aceleró la inflación interanual hasta el 1,5 %, informó
hoy el Departamento de Trabajo.
El IPC registró en septiembre su
mayor incremento en cinco meses y en línea con las expectativas, después
de haber aumentado un 0,2 % en agosto.
Así, la inflación
acumulada en los últimos doce meses se situó en septiembre cuatro
décimas por encima del dato anterior (1,1 %).
El dato del 1,5 % de inflación interanual fue, además, el mayor desde octubre de 2014, de acuerdo con el informe del Gobierno.
Sin
tener en cuenta los precios de los alimentos y la energía, que son los
más volátiles, el IPC subyacente registró el mes pasado un alza del 0,1
%, inferior al 0,2 % que anticipaban los analistas, y el dato interanual
quedó en el 2,2 % frente al 2,3 % previo.
Tras haberse mantenido
estables en agosto, los precios de la energía se recuperaron en
septiembre y avanzaron un 2,9 %, con un encarecimiento de la gasolina
del 5,8 % frente al descenso del 0,9 % del mes anterior.
En cuanto
a los precios de la vivienda, crecieron el mes pasado un 0,4 %, su
mejor ritmo desde mayo, y en el último año acumulan un incremento del
3,4 %, según el informe oficial.
Mientras, los precios de los alimentos no registraron cambios en septiembre, su tercer mes consecutivo sin variaciones.
La
caída más acusada se produjo el mes pasado en los precios de la ropa,
que disminuyeron un 0,7 %, y también bajó, en este caso un 0,1 %, el
costo de los vehículos nuevos.
En otro informe paralelo, el
Departamento de Trabajo detalló que los salarios promedio por hora
disminuyeron un 0,1 % en septiembre con respecto al mes anterior, pero
acumulan un incremento del 1 % en el último año.
La Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, asumió explícitamente una meta de inflación anual del 2 % en 2012.
Ante
la baja inflación en EEUU y la debilidad del crecimiento doméstico y
global, la Fed está inmersa en un debate interno sobre si continuar o no
con el ajuste monetario iniciado en diciembre pasado con la primera
subida de los tipos de interés de referencia en casi una década.
Las
actas de la última reunión de política monetaria de la Fed, divulgadas
la semana pasada, mostraron que varios miembros del banco central
"juzgaron que podría ser apropiado" un incremento de los tipos de
interés "relativamente pronto" si el curso económico actual se mantiene
sin cambios.
Por el contrario, "otros prefirieron esperar a contar
con más evidencia" de que la inflación se está moviendo hacia la meta
anual del 2 %.
La próxima reunión de política monetaria de la Fed
está prevista para el 1 y 2 de noviembre, justo una semana antes de las
elecciones presidenciales en EEUU, y los mercados apuntan a que el
organismo esperará a diciembre, a su último encuentro del año, para
subir de nuevo los tipos, que están actualmente entre el 0,25 y el 0,50
%.
El pasado viernes, en un discurso en Boston, la presidenta de
la Fed, Janet Yellen, reconoció que mantener bajos los tipos de interés
como ha hecho Estados Unidos durante más de 8 años no puede ser la única
herramienta en un mundo con políticas monetarias acomodaticias
generalizadas.
Yellen opinó, además, que mantener una economía con
alta inflación y un mercado de trabajo de baja oferta podría ser
positivo para reforzar una recuperación que sigue siendo débil.
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