martes, 18 de octubre de 2016

Los estímulos y el auge inmobiliario mejoran la proyección de China en el tercer trimestre

PEKÍN.- La continuidad de los estímulos fiscales de Pekín y el auge vivido por el sector inmobiliario en los últimos meses han mejorado las proyecciones económicas de China a la espera de que mañana, miércoles, se publiquen los datos del producto interior bruto (PIB) del tercer trimestre.

"La economía china este año, y especialmente en el tercer trimestre, va mejor de lo esperado", aseguró el primer ministro chino, Li Keqiang, en un discurso pronunciado la semana pasada en Macao.
La Oficina Nacional de Estadísticas revelará mañana cuánto creció el PIB chino entre julio y septiembre, tras mantenerse estable en una expansión del 6,7 % interanual en los dos primeros trimestres del año, la cifra trimestral más baja desde 2009.
Instituciones como el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) han revisado al alza sus previsiones de crecimiento de la segunda economía mundial para este año hasta el 6,6 %, un pronóstico que coincide con el del Fondo Monetario Internacional (FMI), que también reconoce que las dudas sobre China se han disipado algo.
Las políticas de estímulo fiscal del Gobierno chino, que ya contribuyeron a apuntalar el crecimiento en el 6,7 % en el segundo trimestre, continúan en marcha y, sólo en agosto, se aprobaron inversiones en infraestructuras valoradas en 196.600 millones de yuanes (29.400 millones de dólares, 26.200 millones de euros).
El mantenimiento del gasto público está compensando el bajón que sufre la inversión privada, que siguió ralentizándose en el tercer trimestre con un incremento acumulado hasta agosto del 2,1 %, frente al aumento agregado del 2,8 % que registraba a finales de julio, después de crecer en cifras de dobles dígitos durante años.
Junto a las inversiones públicas, la otra gran fuente de dinamismo en la economía china es el sector inmobiliario, sobre todo en las grandes ciudades, aunque a costa de crear una burbuja que las autoridades locales están tratando de pinchar progresivamente.
Ese auge inmobiliario se apoya en un fuerte crecimiento del crédito -los nuevos préstamos se doblaron en agosto con respecto a julio y subieron un 17 % en términos interanuales-, que el FMI ha tachado de "insostenible".
Otra de las grandes fortalezas del gigante asiático, el comercio exterior, vive horas bajas por la baja demanda mundial y en septiembre las exportaciones del país cayeron un 5,6 % interanual.
La inflación de China, en cambio, repuntó seis décimas el mes pasado y ascendió al 1,9 % interanual alejando el fantasma de la deflación, según los datos divulgados el pasado viernes por la Oficina Nacional de Estadísticas.
La agencia estadística china también dio a conocer que el índice de precios al productor (IPP), que mide la variación en el sector mayorista, registró en septiembre su primera subida interanual tras una racha de 54 meses (cuatro años y medio) ininterrumpidos de descensos al aumentar un 0,1 % interanual.
Los expertos atribuyen ese incremento a los mayores precios de las materias primas, pero también a los efectos del proceso de reestructuración de los gigantes industriales chinos.
Entre tanto, la creación de empleo se mantiene firme y, antes de cerrar el tercer trimestre, ya se cumplió el objetivo anual del Gobierno de generar diez millones de puestos de trabajo urbanos, según avanzó el primer ministro la semana pasada, quien aprovechó ese dato para insistir en su mensaje de confianza.
"El rendimiento económico de China, particularmente en el tercer trimestre, es mejor del esperado, sobre todo en el empleo", subrayó Li, unas declaraciones optimistas que suponen un cambio en su discurso de los últimos meses, cuando defendía que la economía del gigante asiático estaba "básicamente estable".

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