BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) prevé que el déficit portugués
se reduzca al 2,7 % del producto interior bruto (PIB) este año, con lo
que el país no cumpliría el objetivo pactado con Bruselas de llevarlo al
2,5 % aunque sí lograría dejar atrás el tope europeo fijado en el 3%.
Según las previsiones macroeconómicas de otoño publicadas hoy por la
Comisión, el déficit portugués cerrará 2016 en el 2,7 % para reducirse
hasta el 2,2 % en 2017 y repuntar hasta el 2,4 % en 2018.
Bruselas mantiene así la cota que anunció en sus
previsiones de mayo para este año y mejora en una décima sus
expectativas de cara al año próximo, ya que en primavera esperaba que el
déficit luso cerrase 2017 en el 2,3 %.
El pronóstico de la CE para 2016 es más pesimista que el
del Gobierno portugués, que prevé que el desvío presupuestario se
reduzca hasta el 2,4 % este año frente al 4,4 % registrado en 2015,
según se refleja el proyecto de presupuesto que envió a Bruselas a
mediados de octubre.
El comisario de Asuntos
Económicos de la CE, Pierre Moscovici, señaló que este año el déficit
portugués "se situará por debajo del 3 %" de forma que saldrá del grupo
de países con déficit excesivo, y recalcó que el esfuerzo estructural
-sin contar el ciclo económico- se mantendrá estable éste y el próximo
año.
Portugal, al igual que España, eludió en julio
una multa pese a haber incumplido sus objetivos de reducción de déficit
en 2015, tras lo cual se comprometió con sus socios a tomar medidas para
rebajarlo al 2,5 % en 2017.
Moscovici recordó
también que la Comisión Europea tendrá en cuentas sus previsiones, de
cara a la opinión que publicará la próxima semana sobre si el
presupuesto portugués para el próximo año es o no adecuado.
Por otra parte Bruselas espera que el crecimiento económico de Portugal se ralentice este año y hasta 2018.
La CE ha rebajado notablemente la perspectiva para 2016, cuando espera
que el PIB aumente solo un 0,9 %, frente al 1,5 % que pronosticó en sus
previsiones de mayo, mientras que en 2017 la economía lusa debería
crecer un 1,2 % (tres décimas menos que lo previsto en mayo) y solo
repuntará hasta el 1,4 % en 2018.
El ritmo de
crecimiento económico anticipado por la CE es más lento que el
pronosticado por el Ejecutivo luso, que calcula que en 2016 el PIB
aumentará un 1,2 % y en 2017 un 1,5 %.
Bruselas
señala que la recuperación del país continúa, aunque solo a un "ritmo
moderado" apoyada en el consumo privado pero "lastrada por las débiles
inversiones".
La CE espera que el consumo privado sea
más moderado en los próximos meses, así como que las inversiones
mejores "marginalmente" hacia final de este año.
Bruselas señala que la baja inversión pública ha influido en el descenso
de la inversión privada, y apunta que, teniendo en cuenta el retraso en
la ejecución presupuestaria, se espera un resultado más positivo en
términos de inversión pública en los próximos trimestres.
En cuanto al desempleo, la CE prevé que el ritmo de creación de trabajo
se ralentice, pero espera que el paro se reduzca al 11,1 % este año y
hasta el entorno del 10 % en 2017, cota que se mantendrá en 2018.
La deuda portuguesa aumentará desde el 129 % del PIB registrado en 2015
hasta el 130,3 % en 2016, para empezar a reducirse hasta un 129,5 % en
2017 y al 127,8 % en 2018.
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