PEKÍN.- China ha cancelado varios encuentros bilaterales y eventos previstos
con Mongolia de forma indefinida después de que el último país, de
profunda tradición budista, permitiera una visita de cuatro días del
dalái lama la pasada semana.
Entre los encuentros cancelados se encuentra una visita del viceprimer ministro mongol a China, Khurelsukh Ukhnaa,
quien tenía reuniones previstas con la Comisión de Desarrollo y
Reformas de China la próxima semana para negociar préstamos blandos para
carreteras, una planta de cobre y otra de gasificación de carbón.
Así lo publican medios mongoles como la agencia Montsame, que recogen
declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores mongol, Tsend
Munkh-Orgil, quien dice que, “lamentablemente, la parte china ha respondido que esta visita era inaceptable”.
Además, añade que Pekín ha cancelado una reunión entre ambos
parlamentos que se celebra cada dos años, y que prevé lo mismo sobre la
visita que él mismo iba a realizar este año a China a invitación de su
homólogo en ese país, Wang Yi: “nos han notificado, aunque no
oficialmente, que la visita será pospuesta”.
Otra ocasión esperada, la firma de un acuerdo tripartito entre los
ministerios de Transporte y Carreteras de China, Mongolia y Rusia en
Moscú en diciembre “también asumimos que será pospuesto”, añade el
ministro.
El distanciamiento entre Pekín y Ulán Bator se produce cuando Mongolia dependía más de su poderoso vecino del sur
al encontrarse el borde del estancamiento económico, ante la caída en
los precios de las materias primas y la ralentización de China, su
principal socio comercial. Pero Pekín suele responder con firmeza ante
las visitas que hace el dalái lama a países extranjeros, sobre todo
vecinos.
Mientras el dalái lama concluía su estancia en Ulán Bator el pasado
miércoles, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng
Shuang, advirtió de que el viaje “ha tenido un impacto negativo en las
relaciones bilaterales”.
El ministro de Exteriores mongol insiste en su comunicado en
que la visita del dalái lama “no fue motivada o estuvo relacionada con
motivos políticos”, sino que se debió a una invitación por
parte de monasterios budistas. El Estado y la religión “están separados
en Mongolia”, recuerda Munkh-Orgil.
La respuesta de China sigue la línea de visitas previas del dalái
lama, exiliado en Dharamsala (India) desde 1959, a Mongolia. En 2006,
tras una visita del líder espiritual, Pekín canceló temporalmente los
vuelos entre ambas capitales. En 2002, después de un viaje del líder
budista, China cerró durante un periodo la frontera entre ambos países.
China considera que el Tíbet es una parte inseparable del país y acusa al dalái lama de ser un líder separatista,
mientras muchos tibetanos argumentan que la región fue durante un
tiempo virtualmente independiente hasta que tropas comunistas la
ocuparon en 1951.
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