PARÍS.- La OCDE espera una recuperación "modesta" del crecimiento mundial a
partir de 2018 gracias a los planes de reactivación presupuestaria como
el prometido por Donald Trump en Estados Unidos, aunque advierte también
contra los riesgos del proteccionismo.
La OCDE mantuvo sin cambios su previsión de crecimiento mundial para
2016, en 2,9%, y elevó muy levemente en 0,1 puntos la de 2017, a 3,3%,
"un crecimiento débil" que la organización insta a combatir recurriendo
al gasto presupuestario.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
con base en París, augura no obstante señales positivas que podrían
empezar a surtir efecto en la actividad mundial a partir de 2018.
Para ese año, la OCDE prevé una recuperación "modesta", a 3,6%,
gracias a los planes de reactivación adoptados en Japón y Estados
Unidos.
"Las iniciativas presupuestarias podrían catalizar la actividad
económica privada y dar así un impulso a la economía mundial para que
alcance índices de crecimiento modestamente más elevados en 2018",
afirmó la economista jefe de la OCDE, Catherine Mann, que presenta por
primera vez sus previsiones para 2018.
Esta reactivación se sustentaría esencialmente en Estados Unidos,
primera economía mundial que tendría en 2018 un fuerte crecimiento
económico del 3%, el doble que este año (1,5%) y aún más de lo esperado
para 2017 (+2,3%).
El presidente electo Donald Trump prometió llevar a cabo un gran plan
de inversiones en Estados Unidos de unos 550.000 millones de dólares
para renovar infraestructuras. Este plan es recibido positivamente por
el FMI y la OCDE, que consideran tendrá un efecto de 'palanca' para
ayudar a reactivar la economía mundial.
En cambio, las promesas de proteccionismo son menos bien recibidas por la OCDE.
"El proteccionismo y las inevitables represalias comerciales que
podrían generar pueden atenuar con fuerza los efectos de las iniciativas
presupuestarias", advierte Catherine Mann, que no cita explícitamente
al presidente electo de Estados Unidos.
Japón, por su parte, anunció la pasada primavera boreal un plan de
reactivación presupuestaria que tendrá efectos sobre su crecimiento más
modestos que en Estados Unidos, pero aún así la OCDE elevó para el país
asiático sus previsiones en dos décimas para este año a 0,8%, igual que
para 2017 (tres décimas más, a 1%), aunque con un retroceso a 0,8% en
2018.
La OCDE espera asimismo que prosiga la ralentización del crecimiento
de China, cuyo PIB aumentará 6,7% este año, 6,4% en 2017 y 6,1% en 2018.
La tendencia es inversa para India: la organización espera que
mantenga un fuerte crecimiento, que pasaría del 7,4% en 2016 al 7,6% el
año próximo y a 7,7% en 2018.
Brasil, otro de los grandes emergentes mundiales e integrante de los
BRICS (con Rusia, India, China y Sudáfrica), seguirá en fuerte recesión
este año (-3,4%), pero sacará la cabeza del agua en 2017 (0%) y volverá
en 2018 a la senda del crecimiento (+1,2%).
La OCDE no apuesta por grandes cambios en Europa, donde el gasto
presupuestario está limitado por el pacto de estabilidad, que exige un
déficit no superior al 3% del PIB.
Alemania, primera economía de la zona euro, mantendrá un crecimiento
estable del 1,7% anual de 2016 a 2018. Francia tendrá en esos tres
períodos anuales un crecimiento moderado (1,2% - 1,3% - 1,6%), mientras
que Reino Unido, por las malas perspectivas del Brexit pasará de 2% en
2016, a 1,2% en 2017 y a 1% en 2018.
España seguirá siendo, según la OCDE, uno de los países europeos con
mayor crecimiento (+3,2% - +2,3% - +2,2%), aunque mantiene un muy alto,
aunque declinante, nivel de desempleo, en torno al 19%.
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