ATENAS.- Los acreedores de Grecia regresaron hoy a Atenas para retomar la
evaluación del programa asociado al rescate, coincidiendo con la visita
del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien pidió nuevamente
un alivio sustancial de la deuda de este país.
"Las reformas no han sido fáciles, pero son necesarias para hacer a
Grecia más competitiva. Es necesario el alivio de la deuda para
contribuir a reanudar el crecimiento. La austeridad por sí sola no
genera prosperidad", destacó Obama en su reunión con el primer ministro
griego, Alexis Tsipras.
El comienzo de la negociación sobre el alivio de la deuda antes de
que finalice el año constituye la prioridad absoluta para el Gobierno
griego, lo que permitiría al Banco Central Europeo (BCE) retomar la
compra de bonos helenos y la salida del país a los mercados en 2017.
Un acuerdo sobre las medidas de alivio de la deuda es además crucial
para la participación en el programa del Fondo Monetario Internacional
(FMI), que considera necesaria Alemania, que a su vez es contraria a una
amplia reestructuración antes de 2018.
En el primer día de reuniones, los jefes de misión de la llamada
cuadriga -formada por la Comisión Europea, el BCE, el Mecanismo Europeo
de Estabilidad y el FMI- acercaron posturas respecto a la puesta en
marcha del nuevo fondo griego de privatizaciones y acordaron que hasta
finales del año habrán concluido todos los trámites administrativos para
su funcionamiento.
El segundo encuentro del día fue con la nueva ministra griega de Trabajo, Efi Ajtsioglu.
Las disensiones entre el Gobierno de Atenas y la cuadriga sobre las
relaciones laborales son tan importantes que podrían dar al traste con
el objetivo gubernamental de concluir la evaluación antes del Eurogrupo
del 5 de diciembre, lo que permitiría iniciar el debate sobre las
medidas de alivio de la deuda griega.
El Ejecutivo quiere restablecer los convenios colectivos, eliminados
en el marco del segundo programa de rescate de Grecia en 2012, una de
las principales promesas electorales de Tsipras.
Además, desea evitar una mayor liberalización de los despidos colectivos y la restricción del derecho a la huelga.
Los representantes de los acreedores se oponen con firmeza al
restablecimiento de la negociación colectiva e insisten en la necesidad
de reducir nuevamente el salario mínimo (ahora en 586 euros mensuales
brutos) y de imponer una mayor flexibilidad al mercado laboral.
Según medios locales, en la reunión de hoy la nueva ministra mantuvo
su reclamación sobre el restablecimiento de la negociación colectiva,
mientras que los representantes de los acreedores pidieron el incremento
de las posibilidades de realizar despidos colectivos, en la actualidad
limitados en un 5 % mensual de la plantilla en empresas con mas de 500
trabajadores.
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