LONDRES.- El Gobierno del Reino Unido
rebajó hoy al 1,4 % su previsión de crecimiento económico para 2017,
frente al 2,2 % pronosticado en marzo, debido a los efectos del voto
favorable al "brexit" en el referéndum del 23 de junio.
El
ministro de Economía, Philip Hammond, explicó en la Cámara de los
Comunes que el producto interior bruto (PIB) del Reino Unido crecerá por
encima de lo previsto este año, del 2 al 2,1 %, pero lo hará por debajo
de las expectativas en los ejercicios siguientes, con un 1,7 % en 2018,
un 2,1 % en 2019 y en 2020 y un 2 % en 2021.
En
conjunto, el Reino Unido crecerá esta legislatura 2,4 puntos
porcentuales menos de lo que podría haberlo hecho si hubiera optado por
quedarse en la Unión Europea (UE), según datos de la Oficina de
responsabilidad presupuestaria (OBR, en inglés), que supervisa las
finanzas públicas.
Al hacer su
Declaración de Otoño ante el Parlamento, en la que presenta el
presupuesto preliminar para el ejercicio 2017-18, Hammond confirmó que
ha descartado el objetivo del Gobierno conservador anterior de eliminar
el déficit presupuestario en este curso parlamentario y lograr un
superávit en 2019-20.
En
cambio, la OBR prevé ahora un aumento del endeudamiento del Estado
británico, que ascenderá a 68.200 millones de libras (79.800 millones de
euros) este ejercicio, de abril de 2016 a abril de 2017, un 23 % más de
lo previsto en el presupuesto general de marzo, y hasta 59.000 millones
de libras (69.000 millones de euros) en 2017-18, un 52 % más de lo
estimado previamente.
Hammond
subrayó que mantiene el compromiso del anterior Ejecutivo con "la
disciplina fiscal", pero "reconociendo la necesidad de invertir más para
impulsar la productividad".
En
este sentido, presentó unas prioridades presupuestarias que, dijo,
están destinadas a "abordar las debilidades a largo plazo de la economía
británica", como la falta de productividad y poca diversificación y la
escasez de vivienda.
El
ministro anunció la creación de un Fondo para la infraestructura de
vivienda, que reservará 2.300 millones de libras (2.700 millones de
euros) para financiar la construcción de 100.000 nuevas propiedades en
áreas de alta demanda, entre ellas 40.000 de precio más asequible.
Hammond
adelantó además que prohibirá que las agencias inmobiliarias cobren a
los arrendatarios tasas por la administración del alquiler, en un
intento por abordar la crisis por el alto precio de la vivienda en el
Reino Unido.
Previamente se
había anunciado la inversión, de aquí al final de la legislatura, de
2.000 millones de libras (más de 2.300 millones de euros) en proyectos
de innovación científica.
La
primera ministra, Theresa May, ha asegurado que este es un presupuesto
preliminar "equilibrado y prudente, que dejará claro que el Reino Unido
está abierto a los negocios y que el Gobierno está del lado de la gente
trabajadora corriente a la que le cuesta llegar a fin de mes".
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