BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) empeoró hoy sus previsiones de
crecimiento y déficit público en Italia para éste año y el siguiente, y
advirtió de que el desvío presupuestario repuntará en 2018 hasta el 2,5 %
si no se toman medidas, en un contexto de incertidumbre política y
dificultades del sector financiero.
En sus previsiones macroeconómicas de otoño, la CE apunta a
que Italia crecerá este año un 0,7 % y un 0,9 % en 2017 ejercicio,
cuatro décimas menos en ambos casos de lo previsto en mayo.
Bruselas ve que la recuperación italiana se está viendo
lastrada por la compleja situación del sector financiero, sobre el que
pesa un alto número de créditos morosos y con una consolidación
pendiente de llevar a cabo, que solo se realizará a un ritmo "moderado",
lo que afectará a las posibilidades de financiación de las pymes.
Además, una mayor desaceleración de la demanda externa
podría pesar sobre la economía transalpina, pese a que a lo largo del
próximo año experimentará una recuperación mayor de su demanda interna,
respaldada además por un mayor crecimiento del empleo a través de un
mayor consumo privado.
La CE advierte de que también pesa sobre el país la
incertidumbre política que vive el país, especialmente ante la
convocatoria del próximo 4 de diciembre de un referendo en el que el
primer ministro, Matteo Renzi, podría perder buena parte de su capital
político.
La previsión de crecimiento de la economía italiana se sitúa
por debajo de la media de la eurozona y de la Unión Europea, ya que el
conjunto de países de la moneda única crecerá este año un 1,7 % y un 1,5
% en 2017 y en el conjunto de los Veintiocho, en un 1,8 % y un 1,6 %,
respectivamente.
En cuanto al déficit, Bruselas recalca que este año se
reducirá al 2,4 % del PIB, para mantenerse en esta cifra en 2017, año en
el que se exige a Italia que acometa un esfuerzo estructural -es decir,
sin tener en cuenta el ciclo económico- de reducción de su desvío
fiscal equivalente del 0,6 %, a lo que el Ejecutivo de Matteo Renzi se
resiste.
"El alto nivel de apoyo en medidas puntuales para financiar
las medidas expansivas previstas en el borrador de presupuesto para 2017
contribuye a un marcado empeoramiento del balance estructural en 2016 y
2017", asegura la Comisión en sus previsiones.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Fiscales,
Pierre Moscovici, recalcó que "el déficit debería estabilizarse en el
2,4 % gracias a gastos e intereses inferiores, que sirven para financiar
una política presupuestaria expansionista, y en consecuencia, el saldo
estructural debería degradarse en más de medio punto en 2017".
Bruselas advierte, de hecho, de que si Roma no actúa, en
2018 verá su desvío volver a tendencias alcistas, con una subida de una
décima hasta el 2,5 %.
La CE también revisa al alza sus previsiones para la deuda
pública italiana -la segunda mayor de la UE solo por detrás de su
rescatado en tres ocasiones, Grecia- hasta un 133 % este año, que
aumentará al 133,1 % en 2017 para continuar estable en 2018.
Esta estabilización es "una buena noticia", afirmó Moscovici.
Después de haber acometido duros ajustes bajo el Gobierno de
Mario Monti (2011-2013), Italia no tiene problemas a la hora de cumplir
el límite del 3 % del PIB fijado por el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento, pero su deuda incumple el límite del 60 % del PIB
estipulado en estas normas de disciplina fiscal.
Bruselas insiste en que el país siga reduciendo su déficit
para así ir aligerando su endeudamiento, mientras que el Gobierno
italiano apuesta por elevar las inversiones públicas en ciertos
apartados y demanda que no se contabilicen los fondos que dedique a la
crisis de refugiados ni a la reconstrucción tras los terremotos.
Moscovici recordó que Italia ya ha recibido flexibilidad el
año pasado a la hora de evaluar su política fiscal, y aseguró que ahora
"nos esforzaremos por tener en cuenta el gasto de acoger refugiados
gastos que representan inversiones para prevenir y curar catástrofes
naturales".
"En ese marco formularemos nuestro dictamen la próxima
semana", apuntó el comisario, quien dijo que Bruselas "comprende las
dificultades sociales, políticas y económicas" italianas.
El desempleo continuará descendiendo en el país, según las
previsiones comunitarias, que sitúan la tasa de paro en el 11,5 % este
año y en el 11,4 % en 2017, una y dos décimas por encima de lo previsto
anteriormente, para llegar al 11,3 % en 2018.
La inflación, por su parte, aumentará notablemente desde el 0
% este año al 1,1 % del próximo y el 1,4 % del siguiente, empujada en
buena medida por unos precios energéticos al alza.
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