BRUSELAS.- El Banco Central Europeo (BCE), que desempeña el papel de Supervisor Único Bancario europeo, deja en manos de expertos nacionales la mayor parte de las inspecciones a las grandes empresas que le correspondería comprobar directamente, según un informe publicado hoy.
"Cuando lleva a cabo supervisiones directas en los mayores grupos
bancarios, el BCE tiene que depender mucho de los recursos de personal
provistos por las autoridades nacionales", afirmó Neven Mates, miembro
del Tribunal de Cuentas Europeo, en la presentación de un texto
publicado sobre el Supervisor.
En el documento se analiza el inicio de la andadura del Supervisor
que desde hace dos años se encarga de vigilar directamente 129 grupos
bancarios con más de 21 billones de activos, y que conforma el primer
pilar de la conocida como Unión Bancaria de la zona del euro.
El Supervisor Único Bancario ha tenido que echar mano a menudo de
personal de las autoridades nacionales supervisoras, hasta el punto de
que una gran mayoría de las inspecciones quedan en manos de este
personal externo, según los auditores.
"Tan solo un 12 % del total de las inspecciones llevadas acabo 'in
situ' por el momento han sido dirigidas por personal del BCE, mientras
que el 92 % de todos los miembros de los equipos de inspección vienen de
autoridades nacionales", recalcó Mates.
En concreto, de enero a octubre de 2015 se realizaron 235
inspecciones en bancos, de las que 29 fueron lideradas por los expertos
del BCE, según el informe, aunque Mates añadió que muchas otras tuvieron
que suspenderse por falta de personal.
Para los auditores es "sorprendentemente bajo el actual nivel de
involucramiento del BCE" en las inspecciones bancarias, algo que
consideran que no está en línea con el "espíritu" de la regulación del
propio Supervisor Único Bancario.
Esto crea "tensiones con la legislación", afirmó Mates, a la vez que
dificulta que Fráncfort evalúe la calidad del personal que participa en
las inspecciones.
Los auditores aseguran que el BCE "no analizó de antemano de un modo
apropiado las necesidades de personal, y por lo tanto parece que está
actualmente sufriendo de carencia de personal", en palabras de Mates.
Aunque los auditores reconocen el mérito de haber logrado crear una
estructura tan compleja en un tiempo récord, apenas dos años, recalcan
que para ello se echó mano de cálculos basados en los sistemas
nacionales anteriores, sin pararse a pensar en las limitaciones que
tenían, pese a que el estallido de la crisis financiera había
evidenciado carencias.
"No hay soluciones fáciles", recalcó Mates, quien recordó que esta
estructura mixta, sin una separación total, se adoptó porque se
consideró que era el único modo de no tener que cambiar los tratados
europeos para crear el Supervisor.
El Tribunal también lamenta que el BCE se haya negado a dar parte de
los documentos que se le han requerido, por lo que ahora están
estudiando pedir más información, apoyándose en el Consejo de la UE o el
Parlamento para pedir más información.
Otra opción que está sobre la mesa es llevar el caso al Tribunal de
Justicia de la UE, que ya respaldó a los auditores en un caso anterior
contra la Comisión Europea.
Al calor de la crisis y tras el rescate de varios bancos europeos,
los socios de la eurozona decidieron crear el Supervisor Único para que
se hiciera cargo de controlar la estabilidad financiera de 129 entidades
de la zona, mientras que las de menor tamaño quedaron en manos de las
autoridades de supervisión nacionales.
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