domingo, 27 de noviembre de 2016

El endeudamiento de los hogares en China hace saltar las alarmas

PEKÍN.- La deuda de los hogares en China creció a un ritmo "alarmante", a la par de los precios de la vivienda, afirmaron varios analistas, que advierte de los riesgos de una brusca caída del mercado inmobiliario con consecuencias negativas a nivel mundial.

Los créditos fáciles y los cambios de hábitos han transformado rápidamente al país, cuyos consumidores eran más bien reacios a los préstamos, pero que ahora se lanzan ávidamente a las compras.
La subida explosiva de los precios de las propiedades en las principales ciudades chinas ha significado un aumento la riqueza de los hogares.
Pero al mismo tiempo ha impulsado un auge de los créditos en la medida que tanto los consumidores como los inversores buscan no perder los beneficios de este fenómeno.
En los últimos cinco años la deuda de los hogares en la segunda economía mundial aumentó un 28% del PIB a más de 40%.
"La noción de que a los chinos no les gustan los préstamos está claramente desactualizada", explicó Chen Long de la firma Gavekal Dragonomics.
El porcentaje de deuda tenida por los hogares, con respecto al total subió un 67,5% en el tercer trimestre de 2016, registrando un crecimiento de más del doble con respecto al año pasado.
Pero estas cifras han generado temores de que una caída brusca de los precios inmobiliarios pueda tener un efecto negativo en muchos créditos, que termine desatando un efecto dominó que arrastre las tasas de interés, el tipo de cambio y los precios de las materias primas.
Esto podría terminar gestando "un macro evento global", advirtieron los analistas de ANZ en un comunicado reciente.
Aunque el indicador que mide el porcentaje de los créditos contraídos por los hogares con respecto al total, todavía es bajo si se lo comprara con países desarrollados donde este barómetro puede tocar el 80% de los préstamos en Estados Unidos o el 60% en Japón, ya supera al de otros países emergentes como Brasil o India.
Si el crecimiento se mantiene, este indicador tocará la cota del 70% del PIB en unos pocos años.
El Partido Comunista se ha puesto como objetivo un crecimiento de la economía de entre 6,5 y 7% para 2017 y el país se encamina a cumplir esta meta gracias a un crecimiento explosivo de los precios en las grandes ciudades y a la facilidad en el acceso a los créditos.
Pero que se mantenga el flujo actual de créditos genera "riesgos sustancias" que podrían convertirse en "una estrategia autodestructiva", dijo Chen.
La deuda total de China, incluyendo los hogares, el sector financiero y el gobierno, sumaba a finales del año pasado 168.48 billones de yuanes (unos 25 billones de dólares) equivalentes a un 249% del PIB, según un estimado de la Academia China de Ciencias Sociales, un centro de pensamiento oficial.
China busca reestructurar su economía haciendo que el gasto sea un motor, con cerca de 1.400 millones de consumidores para reemplazar la inversión estatal y las exportaciones de bajo costo.
Pero este cambio no ha sido tan expedito, en un momento en que el país registra las tasas de crecimiento más bajas en 25 años y muchos indicadores marcan mínimos, un panorama que pesa negativamente para las perspectivas de la economía global.
Las autoridades se lanzaron "desesperadamente" en una estrategia de mantener el crecimiento mediante el consumo ya que "muchas fuentes de capital a través de bancos y de corporaciones se agotaron", dijo Andrew Collier de la firma Orient Capital Research.
Algunos analistas señalaron que China está bien posicionada para manejar estos riesgos y que tiene espacio de sobra para maniobrar ya que las familias siguen ahorrando más de la mitad de lo que gastan, con cerca de 58 billones de yuanes en depósitos, según los datos de Oxford Economics.
"En general, la deuda de los hogares sigue en un rango saludable", dijo Li Feng, asistente de investigaciones del Centro de Vigilancia y de Investigación de las Finanzas de los hogares en China, con sede en Chengdú.
Para este experto, los riesgos para los próximos tres a cinco años siguen siendo moderados.
Sin embargo, para Collier el gasto sustentado en el crédito es un "juego de riesgo" ya que si los flujos de capital se frenan, es posible que los precios de las propiedades caígan, especialmente en las pequeñas ciudades.
Esto podría llevar a una cesación de pagos de constructoras, bancos pequeños e incluso de algunas ciudades.
"Esto sería el principio de una crisis", dijo. "Cuan grande puede ser, eso no está claro, pero serían sin duda tiempos difíciles para China".

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