GUARDA.- Dos de los
mayores centros de peregrinación del mundo, la Basílica de Guadalupe, en
México, y el Santuario luso de Fátima han aprovechado el VI Congreso de
Ciudades-Santuario que acoge Portugal para estrechar lazos en la
gestión turística de los peregrinos que llegan a diario.
El párroco de la Basílica de Guadalupe, Juan Castillo,
presente en este congreso celebrado esta semana en Ourem (comarca a la
que pertenece Fátima), explicó que cada año
reciben una media de 20 millones de peregrinos.
Al contrario que Fátima, que el pasado año superó los seis
millones de peregrinos y que tiene 15.000 camas, Guadalupe adolece de
oferta hotelera para que los devotos que llegan al santuario pueden
descansar en unas condiciones dignas de higiene.
"Sólo hay cuatro o cinco hoteles y no hay albergues para
pernoctar, al contrario que Fátima", explica Juan Castillo, por lo que
entiende que "son muchos los retos para la Basílica de Guadalupe".
El origen de la devoción
por Guadalupe, tradición mariana que fue extrapolada de forma ferviente
por los colonizadores a la región española de Extremadura, se remonta a
1531, cuando se le apareció la virgen al indígena Juan Diego y le pidió
la construcción de una iglesia.
"Fue la virgen que supo unificar a los dos pueblos, a los
indígenas y a los colonos", según Castillo, quien reconoce que la
mayoría de los turistas que llegan a la basílica son mexicanos.
Por su parte, el alcalde de Ourem, Paulo Fonseca, avanzó que "son muchas las expectativas puestas para 2017, con motivo del
centenario de la aparición de la Virgen de Fátima a los tres pastores y
con el anuncio de la visita del Papa Francisco para mayo del próximo
año.
"Tenemos que aprovechar esta fiesta para proyectar el futuro
y mostrar este santuario como el Centro Mundial de la Paz", dijo el
alcalde de esta comarca de 46.000 habitantes.
La oferta para pernoctar en Fátima, al igual que los
peregrinos que llegan cada año, va en aumento, ya que a las 15.000 camas
hoteleras y a las casas religiosas -donde también descansan los
peregrinos- habría que sumarle la oferta de otros dos complejos
hoteleros que empezarán a funcionar en 2017.
Para Paulo Fonseca, uno de los retos de esta comarca lusa es el de atraer a los turistas brasileños.
En este sentido, Pedro Machado, presidente del organismo
gubernamental "Turismo do Centro" que ha moderado una de las mesas de
trabajo, recordó que en Fátima también ha sido colocada la imagen de
Nuestra Senhora Aparecida de Brasil, que se le apareció entre las redes
de tres pescadores brasileños hace ahora tres siglos.
Paulo Fonseca insistió en que una de las apuestas de las
ciudades de Europa, América y Asia con potencial para atraer al turismo
religioso debe ser la creación de una Red Mundial de Destinos Religiosos
para "mejorar la promoción entre los propios territorios".
Fátima también "es un destino turístico con otras
potencialidades, ya que a 20 kilómetros hay dos enclaves Patrimonio de
la Humanidad, como el Convento del Cristo de Tomar o el Monasterio de
Batalha".
Muy cerca, a 40 kilómetros, está el Monasterio de Alcobaça o
la Universidad de Coimbra, también catalogados como Patrimonio Mundial.
El regidor aseguró que, además del reto de superar en 2016 y
2017 los siete millones de peregrinos -el pasado 2015 hubo 6,7-,
también quieren ofrecer esta zona del Centro de Portugal como destino
cultural y como encuentro de "diálogo entre los pueblos".
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