TOKIO.- El Banco de Japón (BoJ) inició hoy su reunión mensual
sobre política monetaria, en la que se espera que se discuta su
estrategia para controlar la subida de tipos de interés a largo plazo y
se analice la evolución de la tercera economía mundial.
La mayoría de analistas prevén que el banco central nipón mantendrá sin
cambios su ambicioso programa de flexibilización monetaria, basado en
la compra masiva de activos con la meta de lograr una subida estable de
los precios de en torno al 2 por ciento.
Algunos expertos señalan que la entidad podría revisar
al alza su diagnóstico de la economía nipona, gracias a la mejoría de
las exportaciones -uno de los motores del Producto Interior Bruto nipón-
propiciada por la devaluación del yen frente al dólar y la recuperación
económica de Estados Unidos.
No obstante, la
evolución de los tipos de interés en Japón será el principal foco de
interés durante la reunión de dos días de la junta de política monetaria
del BoJ, señalaron fuentes próximas a la entidad a la agencia nipona
Kyodo.
Desde mediados de noviembre, las expectativas
de que la nueva administración Trump pueda incrementar el gasto público y
alentar una subida inflacionaria en la primera economía mundial han
empujado al alza los rendimientos de la deuda soberana a largo plazo
japonesa o de EE.UU., y en consecuencia de los tipos de interés a mayor
plazo.
Esto podría tener consecuencias negativas en
la demanda doméstica debido a las subidas de los tipos de hipotecas o
del coste de los préstamos para empresas.
El Banco de
Japón (BoJ) viene realizando esfuerzos para controlar los tipos de
interés y mantenerlos a largo plazo en su nivel actual, es decir, en
torno al 0 por ciento, aunque su tendencia alcista ha hecho que el
referencial alcanzara el pasado viernes su máximo en más de diez meses.
El avance de los tipos a largo plazo amenaza con debilitar el agresivo
programa de estímulo monetario del BoJ y dificultar aún más que se
alcance la meta inflacionaria del dos por ciento que se marcó la
entidad.
La entidad activó en la primavera de 2013 un
programa de compra masiva de activos con la meta de lograr una subida
estable de los precios para acabar así con casi dos décadas de ciclo
deflacionario.
El pasado 17 de noviembre, el BoJ
anunció su primera operación de compra de deuda nipona para controlar
los tipos dentro de su nuevo programa específico de adquisición de bonos
destinado a complementar su estrategia de compra de activos.
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