WASHINGTON.- La economía
estadounidense confirmó su mejora en el tercer trimestre, a menos de un
mes de que el presidente electo Donald Trump entre en la Casa Blanca.
Entre
julio y septiembre, el PIB de la mayor economía del planeta creció 3,5%
a ritmo anualizado en datos corregidos de variables estacionarias. Esa
corrección muestra una fuerte mejora en relación al segundo trimestre,
según la tercera y última estimación del Departamento de Comercio,
divulgada este jueves.
Los analistas esperaban una expansión más moderada, de 3,3%, tras una estimación de 3,2% publicada hace un mes.
Después
de tener un crecimiento magro en el primer trimestre (0,8%), Estados
Unidos registró su mayor expansión económica desde el tercer trimestre
de 2014, aún cuando hay muchos interrogantes sobre su futuro.
Las
orientaciones económicas de Trump, que asumirá el 20 de enero, son aún
difusas, y sus amenazas de apelar al proteccionismo de la producción
local a riesgo de una guerra comercial contra China inquietan a muchos
empresarios.
El mercado bursátil, en cambio, está
eufórico y varios indicadores muestran que las empresas también son
optimistas, especialmente porque Trump ha dicho que quiere que paguen
menos impuestos.
Aunque espera por señales más claras, el
consumo de los hogares sigue siendo el pulmón de la economía
estadounidense. Creció 3% en el tercer trimestre, por debajo del 4,3%
del segundo.
Las compras de bienes duraderos, como los
automóviles, siguen viento en popa al aumentar 11% en contraste con el
menor consumo de bienes más efímeros, como vestimenta o alimentos.
El
dinamismo se mantiene gracias al saludable estado del mercado laboral,
dicen los analistas. La tasa de desempleo de 4,6% es la menor en nueve
años.
Los datos del crecimiento del PIB estadounidense
"describen una sólida situación de los consumidores, probablemente
alimentada por la creación de empleos, modestas alzas de salarios y
sólidas finanzas personales", dijeron analistas del banco Barclays.
El
crecimiento parece "suficientemente fuerte" para seguir apoyando la
mejora del mercado de trabajo, apuntó Jim O'Sullivan, de High Frequency
Economics.
En
un momento en que Trump quiere remodelar la política comercial
estadounidense, el crecimiento tiene como uno de sus puntales el aumento
de las exportaciones, las cuales aumentaron 10% entre julio y
septiembre. Esa alza, que contrasta con el magro 1,8% del trimestre
previo, es la más fuerte en tres años.
Paralelamente, las importaciones apenas subieron 2,2% en el tercer trimestre, según los datos del jueves.
Otro
factor positivo es que se están recuperando empresas que pasaron meses
en rojo, especialmente en las de minería y petróleo: crecieron 1,4% en
el tercer trimestre luego de haber caído 2,1% en el anterior.
El mercado inmobiliario sigue débil pero aminoró su caída: -4,4% en el tercer trimestre y -7,7% en el anterior.
El
estado federal hizo su aporte al aumentar sus gastos en 2,4% tras dos
trimestres consecutivos de baja. Ese gasto puede crecer más si Trump
cumple su promesa de lanzar un plan de estímulos a las obras de
infraestructura.
Los resultados económicos parecen dar la
razón a la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos que dijo advertir
notorias mejoras y por primera vez en un año aumentó las tasas de
interés la semana pasada.
La presidenta de la Fed Janet Yellen dijo que ese aumento fue un "voto de confianza" a la economía estadounidense.
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