martes, 27 de diciembre de 2016

Las cuentas de Brasil, de nuevo al rojo vivo en noviembre tras un breve respiro

BRASILIA.- El resultado primario de Brasil (antes del pago de los intereses de la deuda) volvió a ser fuertemente deficitario en noviembre, después de un breve respiro en octubre, lastrado por las cuentas del gobierno central, según datos oficiales divulgados este martes.

Noviembre cerró con un rojo de 39.141 millones de reales (11.900 millones de dólares al cambio actual), el doble que en noviembre de 2015 (19.567 millones de reales) y su peor resultado para ese mes desde 1997, precisó el Banco Central de Brasil (BCB).
En los últimos doce meses, el déficit primario acumulado llega a 156.800 millones de reales, equivalentes al 2,50% del PIB; 0,3 puntos porcentuales más que en octubre.
El mes pasado, las cuentas se habían aliviado con un superávit récord, de 39.589 millones de reales, gracias a los fondos aportados por un plan de regularización de activos no declarados en el extranjero.
Pero el respiro duró poco, y en noviembre la situación del país volvió a hacerse sentir, pese a los esfuerzos del gobierno conservador de Michel Temer para recuperar la confianza de los mercados a través de severos ajustes.
Las cuentas del gobierno central explican la totalidad del déficit de noviembre, con un rojo de 39.876 millones de reales, en contraposición al superávit de 421 millones de reales de los gobiernos regionales y al saldo positivo de 314 millones de reales de las empresas estatales.
La deuda bruta del país llegó en noviembre al 70,5% del PIB, 1 punto porcentual por encima de la de octubre (69,5%), y 5 puntos más que la de diciembre de 2015 (65,5%).
Brasil cerró 2015 con un déficit de 1,88% y proyecta terminar este año con un rojo fiscal de unos 163.900 millones de reales, equivalentes al 2,64% del PIB.
Sin "fórmulas mágicas" para combatir la recesión, el conservador ministro de Hacienda Henrique Meirelles diseñó un ajuste fiscal que incluye la congelación del gasto público durante los próximos 20 años -ya aprobada por el Congreso- y una reforma del sistema de jubilaciones, hoy fuertemente deficitario.
El PIB de Brasil se hundió 3,8% en 2015 y se espera una caída de 3,5% este año, marcado por la crisis política que derivó en el impeachment de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, a quien el Congreso acusó y halló culpable de manejar irregularmente las cuentas públicas.
El presupuesto del nuevo gobierno proyecta un crecimiento de 1% en 2017, pero el Banco Central cree que será de 0,8% y los operadores de mercado reducen esas expectativas a apenas 0,5%.

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