BERLÍN.- Angela Merkel ha sido reelegida este martes al frente de los
conservadores alemanes y ha iniciado la batalla para las legislativas de
2017 con un discurso firme contra la inmigración para tratar de
contener a la derecha populista y responder a las críticas en sus filas.
Para reconfortar a su partido, Unión Cristiana-Democrática (CDU),
Merkel pronunció un fuerte discurso de 75 minutos sobre la inmigración
ante un millar de delegados reunidos en Essen.
Ha insistido sobre los valores de Alemania, el rechazo de la sharia (ley
coránica) y ha abogado por la prohibición del velo integral en la
administración, las escuelas, las universidades y ante los tribunales.
También ha reiterado que "el derecho alemán prevalece sobre la sharia".
Tras 11 años en el poder, la canciller de 62 años ha
recibido sin embargo una advertencia al ser reelegida con su peor
resultado desde que encabeza el gobierno. Merkel obtuvo 89,5% de los
votos, su segundo peor resultado en 16 años de jefe de la CDU, siete
puntos menos con relación a su reelección hace dos años a la presidencia
de su partido, cuando arreciaban las críticas por su política de
recepción de migrantes en 2015. Esta es la novena reelección de Merkel
como presidenta del partido. La última vez, en 2014, obtuvo el 96,75% de
los votos.
Casi un millón de refugiados
La canciller fue muy criticada en 2015 y 2016 en sus propias
filas por su decisión de dejar entrar a Alemania a cerca de 900.000
solicitantes de asilo. Una decisión que molestó a su partido y a su
electorado tradicional. "Acepto esta votación y me congratulo del
resultado", declaró tras la votación. "Una situación como la del verano
de 2015 no puede y no debe repetirse", añadió.
En el congreso, que sigue hasta el miércoles, se espera que
la CDU se pronuncie sobre el endurecimiento en materia de expulsiones de
solicitantes de asilo y abogue por la ampliación de la estancia en los
centros de retención.
Al aspirar a su cuarto mandato, la canciller es la dirigente
más longeva en los países occidentales y se aproxima a los récords
nacionales de Konrad Adenauer (14 años) y su mentor Helmut Kohl (16
años). Al anunciar a finales de noviembre su voluntad de presentarse a
las elecciones de 2017, Merkel prometió encarnar la continuidad frente a
las turbulencias mundiales, pero no dio detalles sobre su programa. Se
presentó, además, como un baluarte frente al ascenso del populismo en
Alemania y en el mundo, y una defensora de los valores democráticos,
poco después de la elección de Donald Trump como presidente de Estados
Unidos.
El Brexit, la dimisión del primer ministro italiano, Matteo
Renzi, y el ascenso del Frente Nacional (extrema derecha) en Francia
reforzaron la preocupación en Europa. Merkel avisó de que, dado el
contexto, la próxima campaña electoral será la más difícil desde la
reunificación del país en 1990.
La dirigente se enfrenta, además, al rápido ascenso de la
derecha populista y xenófoba, de Alternativa para Alemania (AfD), en un
país que parecía estar inmunizado contra esta amenaza desde la muerte de
Hitler. La formación ultraderechista, que obtendría el 13% de los votos
según los sondeos, saca beneficio de los miedos de parte de la
población, sobre todo en la ex-RDA, que se siente rebajada socialmente y
que rechaza las élites. La AfD adoptó un virulento discurso contra el
islam y los migrantes, que seduce a amplios sectores de la población en
países como Estados Unidos o Reino Unido.
Frente al descontento de muchos alemanes, la CDU quiere
endurecer su discurso en materia de inmigración. Pese a las tensiones,
Merkel llamó a celebrar la campaña electoral de forma sosegada. "No
quiero que la batalla electoral en Alemania se lleve a cabo con el tono
que hubo por momentos en Estados Unidos. Queremos enfrentarnos con
respeto", dijo al diario WAZ. Desde que se anunció la candidatura de
Merkel, la CDU mejoró sus perspectivas electorales. Un sondeo le
atribuye un 37% de las intenciones de voto, frente al 22% de los
socialdemócratas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario