SANTIAGO.- El modelo económico
basado en las exportaciones, sobre todo de recursos naturales, ha
generado un importante deterioro del medioambiente en Chile, alerta un informe, que destaca la deforestación y la desertificación galopantes y el deterioro de la calidad del aire.
Según
el "Informe País: Estado del medio ambiente en Chile. Comparación
1999-2015", elaborado por el Centro de Análisis en Políticas Públicas
del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, se
está reduciendo alarmantemente el bosque nativo, avanza la
desertificación y se reducen los glaciares del centro del país.
"Se
está hipotecando el futuro de nuestro desarrollo", alerta el director
del informe Nicolo Gligo. "En un país donde el origen de su desarrollo
son sus recursos naturales es mucho más grave que en otros países",
declaró este viernes, alertando del "agotamiento de los bienes
de la naturaleza".
"Estamos produciendo más con menos", gracias a la ayuda tecnológica, agregó.
Según
el informe, presentado el jueves en la universidad, entre 1999 y 2015,
las exportaciones crecieron un 316%, pasando de 17.170 millones de
dólares a 63.362 millones.
El cobre, la madera, la
agricultura y la acuicultura son los principales productos de la pauta
exportadora, que se dirige sobre todo a los países asiáticos, en
particular China, principal socio comercial chileno.
La
pérdida del suelo, del bosque nativo y la biodiversidad son para Gligo,
los problemas más acuciantes que está dejando el modelo económico,
artífice del gran salto cualitativo que ha catapultado Chile a acercarse
a los parámetros de país desarrollado.
La
expansión de la agricultura a áreas frágiles, la deforestación, el
manejo ganadero extensivo y un desequilibrio en la tendencia de la
tierra y el agua, explican la desertificación galopante que afecta en
diferente medida a más de 16 millones de hectáreas, equivalentes a 192
veces la superficie del Gran Santiago.
Cerca de 6,8
millones de habitantes distribuidos en 156 comunas, es decir, casi el
38% de la población chilena está afectada por los efectos de la
desertificación.
Se estima que en las regiones semiáridas y australes del país, el desierto ha avanzado a un ritmo de 0,4 kilómetros por año.
Los bosques nativos han perdido 237.126 hectáreas en el periodo estudiado.
Este
fenómeno, junto con la sequía y la erosión, vuelven a Chile más
vulnerable a los efectos del cambio climático, alerta el informe.
Las
consecuencias se han dejado sentir en la biodiversidad. El año pasado
había 845 especies amenazadas, un 171% más que en 1999.
El
69% de los reptiles está en riesgo. La misma suerte corren el 62% de
los anfibios y el 51% de los mamíferos, registrados, destaca el informe.
La
urbanización, la deforestación y la agriculturización son parte de las
causas de esta situación de riesgo, aunque también contribuyen al
deterioro la presencia de especies exóticas invasoras, en particular el
castor.
En la Región de Magallanes y en la Antártica
Chilena, la población de castores pasó entre 1999 y 2015 de 41.000
ejemplares a 90.000, en Tierra del Fuego, y de 13.000 a 20.000, en Isla
Navarino.
También
se observan indicadores negativos respecto de los glaciares. El Informe
advierte que, aun cuando no se acentúen las tendencias actuales de
cambio climático, los glaciares más pequeños y a menor altura están en
riesgo de desaparecer.
En el centro del país, en
particular en la cuenca del Aconcagua ha desaparecido la quinta parte de
los glaciares, pero en los campos de hielo del sur, algunos han
retrocedido y otros han experimentado un crecimiento, como es el caso
del glaciar Pío XI, que está en su posición máxima neoglacial desde
1990.
"Ante este deterioro se puede afirmar que los
gobiernos, muy poco o casi nada se ha hecho con la adaptación al
cambio", critica el informe.
"Estamos llenos de leyes
que son ineficaces porque no se les asignan recursos. Necesitamos menos
declaraciones y más acción", instó Giglo.
"Hoy en día
medio ambiente es calidad de vida y es vida misma, es posibilidades de
desarrollo integral, es futuro para la actual generación y las
venideras", recuerdan los autores.
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