jueves, 8 de diciembre de 2016

En el cinturón industrial británico, la revuelta del Brexit llegó para quedarse

LONDRES.- Con su papel protagonista en el Brexit, los habitantes del cinturón industrial del norte de Inglaterra provocaron un terremoto antisistema cuyas ondas sísmicas cruzaron el Atlántico. Y no lo lamentan en absoluto. 

En la ciudad de Rotherham, el 68% votó a favor de salir de la Unión Europea. Seis meses después, sus residentes creen ser, junto a otras zonas golpeadas por el declive industrial, el epicentro de un cambio en la política.
"Es un voto de protesta, lo puedes ver en Estados Unidos con Trump", dijo Derik Cardow, un partidario del Brexit de 72 años que hacía sus compras en un mercado de esta localidad del condado de Yorkshire.
Cardow, que recientemente pasó de apoyar al Partido Laborista a apoyar al partido antieuropeo y antinmigración UKIP, dijo que "definitivamente" hubiera votado por Donald Trump en Estados Unidos.
En su parada de frutas y verduras en el mercado, Luke Ellis, de 26 años, que votó también a favor de romper con Bruselas, estimó que "no era la UE, es todo el sistema".
Rotherham vivió sus días de esplendor durante la Revolución Industrial, produciendo acero, pero en las últimas décadas ha sufrido un gran declive económico, y casi todas sus fábricas siderúrgicas y minas han cerrado.
Tradicionalmente, la ciudad votaba a los laboristas, pero, durante la campaña del referéndum, encontró causas comunes con los conservadores, en asuntos como la inmigración, el libre comercio o la globalización.
"Llegó el momento de velar por nosotros", dijo Ellis, que culpó a la importación de carbón barato del declive de la economía local, así como el del "Rust Belt" estadounidense, literalmente "cinturón de óxido" o industrial, que votó mayoritariamente por Trump.
Jonathan Lang trabaja para Shiloh, una organización de beneficiencia cristiana que ayuda a drogadictos y gente sin casa. Según él, se ha abierto un cisma entre la clase política cosmopolita y las zonas "trabajadoras, orgullosas, bebedoras" abandonadas por la globalización.
"La razón por la que no escuchan es porque no ven. Por eso ocurrió el Brexit", dijo, mientras un grupo de voluntarios servía comida en el comedor adyacente.
Este director de operaciones de Shiloh sostuvo que "mucha gente no ha sido capaz de adaptarse" a cambios sociales que escapaban a su control.
Ya en el mercado, sentenció: "estamos arrodillados". 
"Sólo tienes que mirar a tu alrededor, este mercado pasó del esplendor a las paradas vacías. Las tiendas de la ciudad están cerradas".
La inmigración fue el tema candente de la campaña del referéndum, y los líderes de la campaña para romper con Bruselas fueron acusados de atizar la xenofobia.
Joanne Griffiths, de 45 años, de la minoría de Rotherham que votó a favor de la Unión Europea, cree que la xenofobia no primó en la localidad.
"No creo que haya muchos racistas, hay racistas en todos lados. Simplemente, se sentían particularmente engañados", explicó.
"Estaban hartos", añadió.
Esta ciudad de 250.000 personas ha recibido recientemente a numerosas familias gitanas del este de Europa, 6.000 de los cuales se han instalado en una zona a unos pocos kilómetros del centro, según un informe de las autoridades.
El referéndum reveló también la fractura generacional en torno a la UE.
"Los más viejos estaban exultantes el viernes por la mañana", al día siguiente del referéndum, recordó Ellis.
El problema de la ciudad se ha agravado por "la fuga de cerebros", la emigración de jóvenes bien preparados a zonas más ricas del país. El Centro de investigación de producción avanzada (Advanced Manufacturing Research Centre, AMRC), construido en una antigua planta de carbón gracias en parte a la financiación de Bruselas, está frenando esa tendencia.
Este centro de investigación es un consorcio entre empresas aeroespaciales como Rolls-Royce, el gobierno y científicos, y aspira a duplicar su plantilla de 600 personas en los próximos cinco años.
"El AMRC está convirtiendo esta parte de Rotherham, y Sheffield, en el centro de un distrito de fabricación avanzada", dijo su director ejecutivo, Colin Sirett, antiguo responsable del departamento de investigación de Airbus.
El parque ofrece oportunidades de formación y está creando trabajos indirectos para atender a la creciente plantilla, pero poco puede hacer por resolver inmediatamente la crisis de empleo obrero.
Ellis explicó que la larga decadencia hizo que la ciudad no temiera las advertencias de que el país iba a empobrecerse con la salida de la UE y aplicó el siguiente razonamiento: "si nunca lo tuviste, puedes vivir sin él".

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