domingo, 11 de diciembre de 2016

Paolo Gentiloni acepta el encargo de formar Gobierno en Italia

ROMA.- El presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, ha encargado la formación de un nuevo Gobierno al ministro de Exteriores, Paolo Gentiloni. 

Según ha anunciado hoy el secretario general de la República italiana, Ugo Zampetti, Mattarella "ha recibido esta mañana en el Palacio del Quirinale a Paolo Gentiloni, al cual ha conferido el encargo de formar el nuevo gobierno. Gentiloni se ha reservado el derecho de aceptar", una fórmula que se utiliza habitualmente hasta el juramente oficial del puesto, que en este caso aún no tiene fecha oficial.
El hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores ocupará el puesto de primer ministro, en sustitución de Mateo Renzi, quien presentó su dimisión tras el fracaso en el referéndum que celebró el pasado 4 de diciembre para tratar de llevar a cabo su reforma constitucional.
Gentiloni, de 62 años, un político considerado de perfil bajo y muy próximo a Renzi, ya sonaba entre los favoritos para asumir la tarea de formar Gobierno cuando fue convocado este domingo al Palacio del Quirinal, donde ha recibido el encargo tras una breve reunión con el jefe del Estado.
En sus primeras declaraciones tras aceptar el encargo, Gentiloni ha destacado que asume "con honor y responsabilidad" la tarea de formar Gobierno, algo que tratará de hacer con "urgencia" y ha subrayado asimismo la importancia de buscar el diálogo y el entendimiento de las fuerzas de la oposición para aprobar finalmente la "necesaria" reforma electoral.
Gentiloni ha mostrado además su "respeto" por la "coherencia" que a su juicio ha mostrado Renzi al dimitir tras el resultado del referéndum y ha adelantado que entre las prioridades inmediatas de su eventual Goberino será la ayuda a los daminificados de los terremotos que han asolado el país en los últimos meses.
"Soy consciente de la urgencia de dar a Italia un gobierno en plenitud de sus poderes para afrontar con la máxima determinación los compromisos internacionales, económicos y sociales, comenzando por la reconstrucción de las zonas golpeadas por el terremoto", ha añadido Gentiloni, que deberá ahora configurar su Gobierno para gestionar algunos compromisos urgentes como la puesta en marcha de una ley electoral que permita celebrar elecciones en el país. En Italia rigen dos leyes electorales distintas para la Cámara de Diputados y para el Senado y, mientras que la que afecta a la Cámara Alta fue declarada inconstitucional en 2013, el Tribunal Constitucional prevé pronunciarse sobre la otra el próximo 24 de enero.
El nuevo Gobierno también deberá hacer frente a la situación delicada en la que se encuentra el banco toscano Monte dei Paschi di Siena (MPS), ahogado en una amplia cartera de créditos morosos de los que trata de deshacerse mientras está inmerso en una ampliación de capital de 5.000 millones de euros (unos 5.270 millones de dólares).
El MPS se encuentra en un momento de reestructuración y saneamiento de sus cuentas, después de que en julio pasado fuera la única entidad que quedó por debajo de los valores mínimos exigidos a 51 bancos europeos evaluados por la Autoridad Bancaria Europea. Además, tenía de plazo inicial hasta finales de diciembre para captar inversión privada para su recapitalización, pero ha tenido que pedir una prórroga al Banco Central Europeo (BCE) hasta el 20 de enero porque no ha logrado conseguir ni la mitad de esos 5.000 millones de euros que necesita.
El pasado viernes, MPS se desplomó más de un 10% en la Bolsa de Milán después de que informaciones no confirmadas aseguraran que el BCE ha rechazado esta moratoria. La situación del MPS preocupa a Italia y también a Europa, pues plantea dudas sobre el estado de solvencia del entero sistema bancario del país.
El Partido Demócrata (PD) de Renzi había pedido días atrás la conformación de un Ejecutivo que contase con la participación de la mayoría de fuerzas políticas, pero grupos como el populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S) o la xenófoba y ultraderechista Liga Norte rechazaron apoyarlo y pidieron comicios lo antes posible. "Por esto, no por elección, sino por sentido de la responsabilidad, nos moveremos en el cuadro del Gobierno dimisionario", explicó Gentiloni.
El nuevo Gobierno será el cuarto no elegido en las urnas en los últimos cinco años, una anomalía política que han criticado con dureza partidos de la oposición como la Liga Norte o M5S, que han considerado esencial que se convoquen elecciones. De espíritu dialogante y sereno, con un carácter de autocontrol y de "calma olímpica", tal y como lo describen los medios, Gentiloni es sobre todo un conocedor profundo de los asuntos de calado internacional.
Ahora toma el relevo en la jefatura del Gobierno italiano a Renzi, que sigue al frente del PD y que, si bien deseó hoy a su sustituto sus mejores deseos, también dejó claro que no tira la toalla. "A los millones de italianos que quieren un futuro de ideas y esperanza para nuestro país, les digo que no nos cansaremos de intentarlo", escribió en su perfil de Facebook. Tras su nombramiento, Gentiloni se reunió con los presidentes de la Cámara de los Diputados, Laura Boldrini, y del Senado, Pietro Grasso.

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