LONDRES.- Los precios internacionales del crudo continuarán deprimidos al menos durante los próximos dos años, tras tocar fondo a comienzos de 2016, estimó hoy el presidente ejecutivo de la compañía British Petroleum, Bob Dudley.
La caída de los precios globales del crudo podría tocar fondo a
comienzos de 2016, aunque los precios probablemente se mantendrán bajos
por el próximo par de años, dijo. Dudley afirmó que "se podría tocar un punto bajo en el primer trimestre".
En declaraciones al servicio de radio de la BBC, el directivo señaló
que las cotizaciones de los hidrocarburos podrían llegar a su punto más
bajo en el primer trimestre de este año, para dar continuidad a un
proceso de declive que comenzó a mediados de 2014.
A juicio del experto, en el tercer y cuarto trimestre de 2016 debe producirse un equilibrio más natural entre oferta y demanda, con el consiguiente descenso en los inventarios de crudo.
A juicio del experto, en el tercer y cuarto trimestre de 2016 debe producirse un equilibrio más natural entre oferta y demanda, con el consiguiente descenso en los inventarios de crudo.
Dudley pronosticó que en el
tercer y cuarto trimestre de este año podría haber un equilibrio más
natural entre oferta y demanda, tras lo cual podrían comenzar a bajar
los niveles de existencias.
"Los precios (del crudo) van a permanecer más bajos por
más tiempo, lo hemos dicho y creo que vamos a estar así por un par de
años", sostuvo Dudley.
Tanto el crudo Brent como el West Texas Intermediate (WTI) cerraron 2015 en torno a los 37 dólares por barril, debido a un exceso de oferta, sin precedentes a escala global.
No obstante, Estados Unidos reactivó en días recientes sus exportaciones de petróleo, que estuvieron suspendidas durante 40 años, y Arabia Saudita, el principal vendedor mundial, confirmó la decisión de mantener los niveles actuales.
Los precios del crudo Brent cayeron un 34 por ciento el año pasado tras
bajar un 48 por ciento en 2014. El desplome de los precios globales del
crudo ha llevado a la inflación a cerca o por debajo de cero en muchos
países, lo que ha ayudado a los consumidores, pero no así a los bancos
centrales.