SAO PAULO.- La recesión que
atraviesa Brasil ha hecho estragos en la industria, el comercio y dejó
sin empleo a 1,5 millones de trabajadores en el último año, pero, ajenos
a la crisis, los bancos no sólo se han mantenido a flote, sino que se
embolsaron beneficios récord.
Con los intereses más altos del mundo y el crédito aún al alza, los
tres principales bancos privados de Brasil, el Itaú, el Bradesco y la
filial del Santander, lograron resultados inéditos en 2015 expandiendo
tanto sus beneficios, como sus carteras de crédito y sus márgenes.
El volumen total de crédito aumentó un 6,6 % en el año, según el
Banco Central, aunque en el último trimestre se estancó y los bancos
privados esperan que se pueda producir incluso una retracción este año.
El Itaú, el mayor banco del país, fue el que cosechó un mejor
resultado: sus ganancias crecieron un 15,4 % en el año y llegaron a
5.913 millones de dólares, todo un hito para un sector que en Brasil ha
demostrado estar a prueba de crisis.
Sus competidores no se quedaron muy atrás. El Bradesco ganó 4.351
millones de dólares, un 13,9 % más que en 2014, mientras que el
Santander Brasil aumentó sus beneficios un 13,2 % y se embolsó 1.676
millones de dólares.
El único gran banco que aún no ha divulgado sus resultados anuales es
el Banco do Brasil, controlado por el Estado, y que, hasta septiembre
pasado, había elevado sus beneficios un 43,5 %.
"El lucro de los bancos es una cosa obscena. Esto no ocurre en otros
países", afirmó el presidente de la Confederación Nacional de los
Trabajadores Financieros (Contraf-CUT), Roberto von Der Osten.
El grueso de las espectaculares ganancias de los bancos se explica
por las altísimas tasas de interés que cobran y que, con motivo de la
crisis, han subido un 10 % de media en los últimos doce meses, según
datos del Banco Central.
Un brasileño pagará un 14,2 % si pide un préstamo para adquirir una
casa y un 26 % si va a comprar un automóvil, pero los intereses se
disparan hasta el 431,4 % anual si se le ocurre sacar del bolsillo la
tarjeta de crédito.
Los bancos argumentan que las subidas de los intereses que cobran a
sus clientes se justifican por el incremento de la morosidad, que ha
tenido un alza de 0,7 puntos porcentuales y se sitúa en el 3,4 %.
Asimismo, los banqueros aseguran que la crisis que atraviesa Brasil,
que tuvo una recesión cercana al 3,70 % el año pasado y podría tener una
retracción del 3 % este año, según cálculos de analistas privado,
también les ha perjudicado.
"Todos pierden con la recesión", dijo el presidente del Itaú, Roberto
Setúbal, al presentar los resultados récord del banco el martes pasado.
Los responsables de los tres grandes bancos privados coinciden en que
el crédito entrará en una trayectoria descendiente en 2016, presionado
por los altos intereses, y también empeorará la morosidad, debido, entre
otros factores, al desempleo.
Para evitar que se produzca una sequía de las líneas de financiación y
tratar de reactivar la economía, el Gobierno brasileño anunció la
semana pasada que se propone ofrecer a través de la banca pública unas
nuevas líneas de préstamos, con tasas de intereses blandas, por valor de
20.750 millones de dólares.
Con el objetivo de protegerse de la crisis, los bancos también han
desarrollado una estrategia de contención de gastos y de mejoría de su
eficiencia.
Esto ha significado el cierre de 120 sucursales en todo el país y el
despido de 9.876 trabajadores a lo largo de 2015, según datos de la
Contraf-CUT, el principal sindicato del ramo.
"Los grandes bancos son los principales responsables por el saldo
negativo de empleo. Curiosamente esos mismos bancos tuvieron beneficios
estratosféricos", apuntó Der Osten.
El responsable del sindicato dijo que este será un año "muy difícil"
para los trabajadores del sector y se volverán a enfrentar a amenazas de
despidos y de reducción de salarios.