SAN JUAN.- El Tesoro de EE.UU.
advirtió hoy de que Puerto Rico está a punto de adentrarse en una nueva
"década perdida, más dañina aún" que la que acaba de cumplir en
recesión y que ha dejado a la isla sumida en una crisis humanitaria.
"Ya se observan signos de una crisis humana: El 2,5 % de la población
se va cada año y los hospitales están teniendo que cerrar", dijo hoy
Antonio Weiss, asesor del secretario del Tesoro, Jack Lew, quien aseguró
que "en Puerto Rico existe miedo al futuro".
Durante su intervención en una vista del Comité de Recursos Naturales
de la Cámara federal de Representantes, Weiss explicó que la gente
tiene miedo porque "nadie sabe de dónde va a salir el dinero para pagar"
los servicios públicos en un territorio cuya economía ha caído entre
2006 y 2014 un 13 %, el mismo porcentaje en que se ha reducido el empleo
desde diciembre de 2007.
"Las empresas extranjeras no van a invertir allí hasta que se
estabilice la economía", explicó Weiss, quien argumentó que la
incertidumbre es el mayor enemigo de la inversión y reconoció la
"profunda preocupación" del Tesoro respecto a la capacidad de la isla de
atraer capital exterior pese a sus impresionantes ventajas fiscales.
"Nadie invierte en una economía que está en caída libre", resumió,
tras recordar que la isla ya ha incurrido en varios impagos de deuda.
Por todo ello, urgió a los legisladores estadounidenses a que
aprueben con la máxima urgencia una doble solución para que Puerto Rico
pueda evitar una cascada de impagos y un cierre de Gobierno que empeore
aún las cosas.
"El Gobierno sigue operativo sólo porque el gobernador ha autorizado
más de mil millones de dólares en iniciativas de liquidez onerosas e
insostenibles", aseguró, tras llamar reiteradamente la atención sobre el
drama que supone perder el 2,5 % de la población en un año, tal y como
ocurrió en 2015.
En ese sentido, dijo que quienes emigran (el 10 % de la población en
los 10 últimos años) son gente joven, en edad laboral, que "vienen al
territorio continental con sus hijos y encuentran que aquí sí hay
opciones laborales", no como en la isla, donde "no hay trabajo
disponible".
Mientras, quienes se quedan son una población "envejeciente", donde
el 57 % de los niños viven en la pobreza, "hay sensación de miedo" y "el
Gobierno simplemente no puede pagar" sus facturas.
"A este ritmo en otros diez años no habrá una base (poblacional) para
sustentar la recaudación fiscal", advirtió respecto al peligro de
encadenar "otra década perdida".
La solución que propone el Tesoro trata, según explicó, de por una
parte coordinar una reestructuración de los más de 70.000 millones de
dólares de deuda que acumula la isla y que absorben el 35 % de los
ingresos del Gobierno.
Según explicó, sería cuestión de renegociar toda la deuda, cuya
estructura es "enormemente compleja" porque hay muchos emisores y muchos
tipos de bonos, y de que participaran todos los acreedores, a los que
se le concedería un periodo de negociación voluntaria.
"En cualquier escenario realista se entiende que la deuda de 70.000
millones no es sostenible", argumentó. Además, adelantó que "no queremos
poner en peligro los pagos que se deben hacer a los pensionistas".
Al mismo tiempo, el Tesoro propone el establecimiento de una junta
independiente de supervisión que vele por la aplicación de las reformas
que el Gobierno local identifique como necesarias.
"En Puerto Rico existe un enorme historial de exceso en los
compromisos y escasez de ejecución", dijo para justificar la necesidad
de esa junta, a la que se opone el liderazgo político de la isla por
considerarla desde humillante hasta colonialista.
El exgobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, que se encuentra
en Washington siguiendo las vistas dijo hoy en una entrevista
radiofónica que la citada junta "no resuelve nada, además de que es
indigna" y "quita poderes democráticos".
Igualmente, el candidato a la gobernación por el gobernante Partido
Popular Democrático (PPD), David Bernier, expresó su disposición a
combatir la imposición de esta junta e insistió en la necesidad de
establecer moratorias en el pago de la deuda.
El representante de Puerto Rico en Washington y líder de la oposición
en la isla, Pedro Pierluisi, reclamó durante su intervención en la
vista que la citada junta no limite aún más las competencias del
Gobierno local y aventuró que "si los funcionarios públicos en Puerto
Rico actúan con disciplina, la junta podrá ser disuelta en poco tiempo".
"El pueblo de Puerto Rico reconoce los beneficios potenciales de esa
junta, y es la gente trabajadora en la isla, no los políticos, los que
importan más", defendió.
"El tiempo para actuar ya ha pasado", afirmó Weiss por su parte para
tratar de imprimir urgencia a un proceso que lleva meses discutiéndose
en Washington y que, en su opinión, no pasa por la inclusión de Puerto
Rico en la Ley federal de Quiebras.
La Cámara de Representantes aspira a aprobar en marzo un proyecto que ayude a aliviar la crisis.
"El Capítulo 9 (de la Ley de Quiebras) no es la solución", defendió
para contradecir así tanto al Gobierno de Puerto Rico como al principal
partido de la oposición, que llevan meses reclamando esta inclusión.